Correo de los Viernes - Los “indeseables” debates

Los “indeseables” debates

Por Gustavo Rodriguez Tabó

Días pasados, el Sr. Sendic, candidato a la Vice presidencia por la coalición denominada Frente Amplio, expresó que debatir con otros candidatos no está dentro de las prioridades de la campaña electoral del oficialismo.

Dicho esto, es de entenderse que los ciudadanos deberemos conformarnos con escuchar sus monólogos, pues otra cosa no son .Para algunos, monólogos acertados; para otros, llenos de errores, desaciertos y —a veces— de estupideces.

Creo infeliz dicha declaración —o por lo menos desacertada— y no propia de alguien que piensa jugar dentro de las reglas del republicanismo democrático. Alguien le debería decir a este novato que para obtener votos es necesario persuadir y se persuade confrontando ideas y demostrando que la idea de uno es mejor que la del otro proponenente, como en cualquier orden de la vida.

Tal vez ese rechazo al debate de la fórmula populista se debe a su temor a demostrar su ignorancia en diferentes temas, lo que a menudo los lleva a desafortunadas declaraciones, cargadas de ignorancia y prejuicios, que pasan inadvertidas entre los aplausos de algunos mamíferos marinos afines. Tal vez teme el candidato a la vice presidencia que le pregunten acerca del pasado de su ascendiente o del presupuesto de Ancap.

Lo cierto es que, nuevamente, parece que solo nos quedará recordar en Youtube el último gran debate que parece aún les duele a estos señores. Debate realizado en las postrimerías de la elección presidencial de 1994, donde el aquel desafiante candidato recibió una soberana paliza que aun muchos recordamos.

Así están las cosas. Hoy es más importante un tweet de 140 caracteres que conocer el pensamiento de un candidato o un verdadero plan de gobierno que nos explique cómo solucionara el déficit fiscal, el aumento sin sentido de los funcionarios públicos, cómo hará las obras de infraestructura necesarias e impostergables, cómo dotará al país de mayor flexibilidad y mejores condiciones para atraer más y mejores capitales que nos darán trabajo y bienestar a todos los uruguayos, cómo se abrirán más y mejores mercados para colocar nuestra producción que no es otra cosa que el trabajo de todos, además de otros temas diarios, como seguridad, educación y salud.

Me gustaría que estos señores que aborrecen debatir, nos expliquen aunque sea cómo sueñan el país, con propuestas concretas que marquen una orientación moderna y no una orientación sesentista, cargada de rencor y odio. Cuándo será que terminen con el discurso asistencialista que hacen que se postren las ideas de la gente, que las mismas queden anquilosadas, detenidas a la espera de la dadiva que vendrá del Estado.

Días pasados escuché un interesante reportaje al economista argentino López Murphy acerca de la situación argentina actual y en un pasaje del mismo, expresaba que los países más prósperos son los que más hacen para que se reduzca la pobreza, pues la prosperidad arrastra detrás de sí a todo el país y porque además los mas prósperos son los que menos desean convivir con la pobreza en su seno y dio ejemplos de diferentes países, como China e India que, aun sin llegar al óptimo, están dando pasos claros hacia la prosperidad.

Señores, entonces si no quieren ser una paradoja de progresismo, digan de una vez cómo nos harán más prósperos a todos y no cómo nos aumentarán los impuestos, aumentarán el odio de clases y degradarán la cultura y la educación. Mientras ello no ocurra, seguirán en la intención de voto como la obra del dramaturgo Florencio Sánchez: “Barranca Abajo”.