Las asperezas entre Brasil y Argentina

El ambicioso plan de apertura del influyente ministro de Economía, Paulo Guedes y su escepticismo sobre la política interna del actual gobierno argentino, son las principales trabas en el vínculo bilateral, según una analista de O´Globo quien sostiene que Brasil ya no ve a Argentina como un destino, sino como un aliado posible.

El excanciller brasileño Celso Lafer acostumbraba a decir que la relación de Brasil con la Argentina no era una opción, sino un destino. Ese fue durante muchos años el pensamiento de los diplomáticos y gobiernos brasileños, que, sin excepción, le dieron al vínculo bilateral un lugar de absoluta prioridad en la agenda regional e internacional. Pero las cosas cambiaron drásticamente.

Hoy, el Brasil de Jair Bolsonaro ya no ve a la Argentina liderada por Alberto Fernández como un destino, sino como un posible aliado, sobre todo en el ámbito de las negociaciones comerciales. Al menos eso es lo que se desprende del ambicioso plan de apertura ideado y ejecutado por el poderoso ministro de Economía, Paulo Guedes.

En otras épocas, había una expresión usada por funcionarios brasileños que definía la posición del país en relación con la Argentina: paciencia estratégica. En los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) se entendía que era un aliado del cual no podían alejarse. En el Brasil de Bolsonaro y Guedes esa paciencia no existe.

Habrá alianza con la Argentina si demuestra alineamiento en materia comercial. Guedes, un liberal del llamado grupo de los Chicago Boys (hizo su doctorado en la Universidad de Chicago), no se cansa de decir que la salida para Brasil es la apertura total de su economía. Internamente tiene un agresivo plan de privatizaciones; en el campo externo, busca multiplicar los acuerdos de libre comercio. La única opción es que la Argentina se adapte a Brasil, algo que ya hicieron Paraguay y Uruguay. Las asimetrías entre ambos países siempre existieron, pero en el pasado la paciencia estratégica permitía acuerdos. Ese margen de maniobra se perdió.

Después de la sorpresa por la positiva visita del canciller Felipe Solá a Brasilia, el miércoles pasado, Bolsonaro fue claro al informar que a partir de ahora todo lo hablado será analizado por Guedes. El presidente no se cansa de decir que no entiende de economía y que ese tema lo maneja el ministro con total autonomía. Un claro ejemplo fue la reforma previsional aprobada el año pasado. Bolsonaro sabía que era una medida impopular, pero Guedes lo convenció de que era eso o el abismo. Y la reforma es una realidad, sin resistencia en las calles.

El Brasil de hoy tiene serias dudas sobre la Argentina. Lo que la visita de Solá dejó en claro es que existe interés y disposición a trabajar en conjunto si el gobierno de Fernández camina para el mismo lado. En la reunión en Itamaraty los funcionarios brasileños fueron muy francos y preguntaron directamente al canciller y demás miembros de la delegación qué es lo que busca hoy la Argentina; básicamente, de qué lado está.

"Tuvimos un diálogo muy abierto porque necesitamos saber si vamos para el mismo lado. Lo que vemos posible es una relación absolutamente pragmática. Un alineamiento político es inviable", comentó una fuente del equipo económico brasileño.

Ir para el mismo lado significa, en primer lugar, garantizar la firma del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Para Guedes es condición sine qua non. En segundo lugar, avanzar en las negociaciones con Canadá, Singapur y Corea del Sur, ya encaminadas. Más adelante, por qué no, pensar en un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. El equipo de Guedes reconoce gestos ya hechos por la Argentina, como la eliminación de tasas de importación entre los dos países, Algo a lo que se había comprometido el gobierno de Mauricio Macri en un plazo de un año. En mucho menos, el gobierno de Fernández lo resolvió.

La Cancillería argentina se ha mostrado muy abierta a los planteos de Brasil y eso causó una muy buena impresión en los negociadores de Guedes. Pero, en palabras de uno de ellos, "aún parece algo demasiado bueno para ser verdad". El ministro más importante de Bolsonaro quiere hechos concretos, y teme que la política interna argentina sea un obstáculo para que los primeros pasos dados en reuniones en Buenos Aires, Asunción y Brasilia se topen con resistencias fuertes por parte de sectores del Gobierno que consideran inadmisible una relación de cualquier tipo con Bolsonaro. El próximo encuentro será en Paraguay, pasado mañana. Los negociadores brasileños esperan seguir sorprendiéndose con la actitud positiva de la Argentina. Hay optimismo, pero también cautela.

En Brasilia, Solá pidió explícitamente apoyo "de los hermanos brasileños" en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en la renegociación de la deuda. No hubo aún respuesta y eso dependerá de la actitud que tome el Gobierno. ¿Habrá pragmatismo o ganará la resistencia personal e ideológica de algunos, y otros intereses relacionados a la política interna? Eso se pregunta el equipo de Guedes.

Posturas

Las épocas cambiaron y las prioridades también. José Botafogo Gonçalves, exembajador de Brasil en Buenos Aires, recuerda cuando el entonces canciller argentino Carlos Ruckauf fue a Brasilia en 2002 y lo invitó a la Argentina para conocer al entonces nuevo presidente, Eduardo Duhalde. "Teníamos una alianza que era central para ambos. Todos entendíamos que podíamos conseguir cosas solos, pero también que era mucho más fácil hacerlo juntos. Creo que la posición de Guedes está equivocada y espero que de ambos lados prevalezca el pragmatismo", opinó el veterano diplomático.

Botafogo destaca que la UE no quiere solo a Brasil, sino a todos los países del Mercosur. "¿Tiene sentido no tener una relación con la Argentina? Creo que no", dijo.

Para el Itamaraty de otros tiempos la visión de Guedes es perjudicial para Brasil. Pero nadie puede decir, como recordó el economista Eduardo Crespo, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, que el ministro no avisó lo que se venía. "Guedes vino a desarmar todo lo que existía cuando llegaron al gobierno. Fue explícito: siempre dijo que la Argentina no era prioridad y en ese momento estaba Macri", opinó. Crespo cree que será muy difícil "avanzar con tanta resistencia del equipo económico de Brasil".

"Lo que Guedes quiere es abrir la economía al máximo y eso no es muy fácil de aceptar para la Argentina en este momento", amplió el experto.

En Brasilia, Solá dijo entender hacia dónde va Brasil y manifestó la posibilidad de que la Argentina pueda acompañar al Mercosur en sus negociaciones comerciales, siempre y cuando se le dé al país el tiempo que necesita para, primero, solucionar el tema de la deuda y reactivar la economía. No fue un "no", fue un "es posible, pero necesitamos estar más preparados". Del lado de Brasil eso fue bien recibido, pero aún persisten prejuicios y esperan hechos concretos.

"Queremos una relación pragmática y creemos que es posible si la Argentina confirma con acciones lo que se habla a nivel de cancillerías. Lo que se les dijo es que los acuerdos de libre comercio son buenos para todos y para la Argentina también, los pueden ayudar a salir de la crisis", explicó una fuente del gobierno de Bolsonaro.

Para Guedes, la Argentina aún no es una prioridad, pero el ministro está dispuesto a acercar posiciones si el gobierno de Fernández, como dijo el mismo Solá, no se transforma en un obstáculo para sus planes. Ideologías y rechazos personales deben ser dejados de lado. "Negocios son negocios", sería una expresión que resumiría el pensamiento del equipo de Guedes.

Si la Argentina sigue mostrando buena voluntad y pasa a la acción, Guedes podría dar el apoyo en el FMI y más. Ya no se trata de ser un destino obligado, como planteaba Lafer. La relación bilateral saldrá del freezer, por parte de Brasil, si su plan económico sale fortalecido. Caso contrario, Guedes tiene claro que seguirá avanzando con quienes ya confirmaron que van hacia el mismo lado: el Paraguay de Mario Abdo Benítez y el Uruguai del electo Luis Lacalle Pou.

Las principales divergencias

Mercosur

Brasil quiere reestructurar el Mercosur y hacerlo más flexible; la Argentina aboga por un bloque más proteccionista que negocie acuerdos conjuntos. El ministro Guedes ya piensa en negociaciones bilaterales con otros países, como EE.UU.

Venezuela

Bolsonaro considera a Maduro un dictador y se unió a iniciativas como la invocación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca en el marco de la OEA; Fernández está en contra de cualquier intervención en otros países

Bolivia

Brasil cuestionó la cuarta candidatura consecutiva de Evo Morales y defendió su salida del poder, bajo presión de los militares; el Gobierno considera que el expresidente fue víctima de un golpe de Estado y lo acogió como refugiado

Ideología

Guedes teme que la política interna argentina sea una traba para que los primeros pasos de acercamiento se topen con resistencias de sectores del Gobierno que consideran inadmisible un vínculo con el derechista Bolsonaro




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