Un tweet de las NNUU convocó a consumir menos carne, invocando como razón que la ganadería es responsable principal de la emisión de gases efecto invernadero. Si bien ante las reacciones que provocó fue finalmente eliminado.

Semejante exabrupto no debería llamarnos la atención. Este organismo internacional actúa en reiteración real, basta recordar el informe de la FAO publicado en el año 2009 en el cual se consignaba que "El ganado es uno de los principales responsables de los graves problemas medioambientales de hoy en día. Se requiere una acción urgente para hacer frente a esta situación" (Henning Steinfeld, Jefe de la Subdirección de Información Ganadera y de Análisis y Política del Sector de la FAO, "La larga sombra del ganado - aspectos medioambientales y alternativas"). Esta afirmación efectista fue relativizada luego en su alcance, principalmente en su referencia a países dónde la ganadería se realiza sobre pastizales sin desafectar ecosistemas naturales, si bien parte de los argumentos de la altisonante acusación refiere a la emisión de gas metano por los mismos animales como consecuencia de la fermentación ruminal.

No es objetivo analizar aquel informe, de hecho quedó como una referencia más de los desatinos de la FAO en el cumplimiento de sus objetivos, que según su mismo portal establece: "La FAO es la agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre. Nuestro objetivo es lograr la seguridad alimentaria para todos, y al mismo tiempo garantizar el acceso regular a alimentos suficientes y de buena calidad para llevar una vida activa y sana..." No se termina de entender cómo encaja en esta definición la desacreditación de la ganadería.

Transcurridos 11 años y sin previo aviso, un tweet de las propias Naciones Unidas, ya no de la FAO, vuelve a la carga en su ataque contra la ganadería de carne. En forma extemporánea, cuando las preocupaciones inmediatas de la humanidad radican en la pandemia y su incierto control, en la consecuente crisis económica de proporciones y pérdida en cascada de empleos, más las continuas migraciones de pueblos que escapan al hambre y las guerras, ahora agravado por la propia crisis sanitaria, en medio de semejante fárrago de circunstancias adversas, algún trasnochado burócrata de "riñón cubierto" tuvo la estúpida ocurrencia de reflotar aquel cuestionado informe de FAO, instando a evitar el consumo de carne bajo la acusación de contribuir con los gases de efecto invernadero aún por encima del consumo de combustibles fósiles. Las reacciones fueron inmediatas, debemos destacar la del embajador Guillermo Valles, recientemente acreditado por nuestro país ante el gobierno brasileño, quien de inmediato y a través de un contundente tweet dijo sentirse avergonzado como colega que integró la UNCTAD por lo que consideró una afirmación sin fundamento del Secretariado de las NNUU, lo que desacredita a una organización internacional. Desde Australia se publicó las extensas y duras declaraciones del Ministro de Agricultura de aquel país en las que acusa a las NNUU de ser irrelevantes, de actuar en función de una agenda ideológica, hipócrita y desgraciada, instando a ese organismo a que se dedique a promover la paz y prosperidad en lugar de denigrar el trabajo de los productores rurales. Todo dicho, nada que agregar.

En nuestro país la Cancillería también hizo pública una extensa declaración defendiendo la sustentabilidad de nuestra ganadería, denunciando que las NNUU con estos manifiestos parecen responder a movimientos activistas e intereses poco trasparentes, haciendo saber que la posición de Uruguay se comunicará a la Secretaría de las NNUU a través de los canales oficiales. Correcto mensaje en definitiva, si bien el último párrafo en el que define la dieta ideal no es del todo feliz...

Seguramente seguirán más declaraciones de países productores de carne, otros acusaran distracción entendiendo como irrelevante este exabrupto impertinente y desubicado. Pero el daño ya fue hecho. A los esfuerzos para superar las crecientes dificultades que ya son de orden para acceder con nuestra producción en los mercados externos, deberemos agregar una agresiva campaña para neutralizar prejuicios instalados que responden a la inconmensurable subjetividad de las emociones y las ideologías. Crecientes desafíos para INAC en su accionar internacional, mientras por ley se le obliga a destinar recursos en el control y habilitación de carnicerías... pero ese es otro tema.

En tiempos críticos para la institucionalidad que rige las relaciones internacionales, las Naciones Unidas solo atinan a aumentar su descrédito con mensajes como el que motivó esta nota.