La perversidad del corralito mutual

Por Elena Grauert

Desde que se aprobó la ley del Fondo Nacional de Salud, sistemáticamente el Ministerio de Salud Pública ampara al corralito mutual y atenta contra la libertad de las personas, restringiendo su derecho a cambiar de mutualista.

Es clarísimo que la prohibición impuesta por el Estado al derecho a elegir de los ciudadanos, nada menos que sobre su salud, es un acto que pone a las personas en una situación de sujeción inadmisible y fuera de las fronteras de lo que el Estado puede hacer, desde el punto de vista de los derechos humanos y las libertades de los ciudadanos a elegir sobre un tema que afecta su bienestar en forma directa.

La facultad que se abrogó el Estado en cuanto al corralito mutual, no tiene base constitucional ni filosófica admisible, dado que administrar la salud, cobrar un monto de los ingresos de las personas para dar cobertura universal, etc, no le dan competencia para que inhiba el derecho a cambiar de prestador y va mas allá de lo que consagra la Constitución, es un derecho inherente al ser humano moral y anterior al reconocimiento jurídico.

Por lo que la postergación de la apertura del corralito mutual, no hace más que violar en reiteración real tales derechos.

En la Comisión Investigadora del Parlamento surgió que existen graves fallas, como por ejemplo personas que fueron cambiadas de prestador de salud, sin su consentimiento y teniendo tratamientos de enfermedades crónicas pendientes, o que se dio baja mutual sin consentimiento o que se amenazo a ancianos con quitarles derechos si no se cambiaban de prestador etc.

Por otra parte, el organismo que tiene el deber de controlar y regular, el cumplimiento y calidad de los prestadores de salud es la JUNASA (Junta nacional de Salud), es quien suscribe contratos de gestión con prestadores de salud pública y privada, a quienes debe controlar y auditar.

Pero resulta que la mayoría de las denuncias por irregularidades, son efectuadas ante el BPS y hay casos que funcionarios del BPS dicen que no pueden comunicarse con la JUNASA y por otra parte a pesar de las graves denuncias ventiladas, este organismo aun no ha sancionado a ningún prestador o gestor por las graves irregularidades constatadas, amparándose en esperas a resultancias judiciales que no justifican la omisión en su actuación. Lo que se ve agravado ya que el único resultado es castigar a los usuarios prohibiéndoles cambiar de mutualista.

Como siempre, se acude al recurso fácil y recurrente, de regular por la patología y la excepción, ante la ineficiencia de controles y de gestión, inhibiendo un derecho.

Esa fueron las razones por las que, a principios de año, en febrero, por motivos burocráticos, se impidió nueva e ilegítimamente, el cambio de mutualista, para prevenir de los manejos corruptos de unos pocos, no habiendo establecido ninguna sanción para ningún prestador, ni agente que participa de este tipo de maniobras y castigando el derecho de las personas.

¿Cuál es el sentido? ¿Qué significa el corralito mutual, más allá de las libertades vulneradas?
En realidad es la defensa ilegitima al poder absoluto de la administración, que duda genera fuentes de corrupción, desequilibrando los derechos, lo cual perturba la fluidez y transparencia que da el mercado, en cuanto a la libertad y el derecho de elegir de las personas los prestadores más eficientes, que es la única forma real de controlar y competir que el mundo ha reivindicado históricamente.

La forma por la que ha optado el Frente Amplio para administrar la salud, genera  "cotos de caza o monopolios", en donde quienes realizan las políticas, quienes controlan y  quienes prestan servicio, tienen un poder tan grande  que se genera un incentivo de interdependencia funcional, donde el regulador esta captado por el regulado (público o privado) y bajo la sujeción y mandato del interés político del momento, donde es mejor mantener un "status quo", no hacer auditorias, ni abrir el sistema, ni sancionar, ni investigar, ya que así todos mantenemos un pedacito del mercado, sin costos políticos relevantes, hacemos como que tenemos un sistema universal de salud impecable, con denuncias que quedan relatadas en comisiones investigadoras que son coartadas de seguir investigando, algunos programas de televisión que luego son olvidados y algunas denuncias que tardan en dar a luz o terminan en algún procesamiento o recompensa económica, pero no mucho más y todo sigue igual, barriendo para "abajo de la alfombra", las enormes irregularidades, amenazas e ineficiencias.

El tema es que el agujero financiero, es lo que no para, cada vez se hace más grande, se retroalimenta dado que siempre es mejor que las empresas sigan fusionando a que den quiebra, pero de todas formas ya comienzan  algunas mutualistas, a retrasar pagos de sueldo, o rebajar salarios, porque tienen menos acápites dado el desempleo, la mala administración y al final todo se sabe, lástima que en el ínterin se afectaron derechos sobre todo de las personas más desamparadas y de la clase media ,tan castigada, que no tienen la capacidad económica de pagarse seguros privados y huir de un sistema tan perverso que no me deja elegir y defender mi derecho a una salud digna.



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