La influencia de un formidable caudillo

Por Miguel Lagrotta

Luis Batlle Berres: el batllismo entre la reforma política y los conflictos sociales.

El término “luisistas” comienza aplicarse a la lista 15 a partir del año 1946 para marcar claramente las diferencias con otros sectores del batllismo. Pero en la década de 1950 se refiere al núcleo cercano al líder Luis Batlle Berres. Curiosamente y poco mencionado hubo una tercera postura dentro del batllismo, o sea entre la 14 y la 15, que era la que lideraba Martínez Trueba y algunos legisladores.

En 1946 al realizarse las elecciones culminaba un trabajoso proceso de retorno a la democracia y el retorno del batllismo al gobierno con la figura principal de don Tomás Berreta. Pero existían dos alas o sectores bien diferenciados. Por un lado la lista 14 liderada por los hijos de Don Pepe César y Lorenzo Batlle Pacheco y que tenía, además, el manejo del diario El Día. El otro sector liderado por Luis Batlle quería repotenciar el programa reformista que se había interrumpido por el golpe de Estado en 1933.

Al fallecer el Presidente Berreta en el mes de agosto de 1947 asume Luis llevando adelante un programa de industrialización que tenía por objetivo un apoyo al desarrollo social urbano atendiendo simultáneamente los intereses de los industriales, comerciantes, los sectores medios y al obrero. En 1950 triunfa nuevamente el Partido Colorado y dentro de la interna la lista 15 pero ahora con un margen mucho más reducido.

Cuando asume la presidencia Andrés Martínez Trueba se inician conversaciones con el Partido Nacional con el objetivo de reformar la Constitución. La idea era implantar el sistema colegiado integral. En un discurso de Luis Batlle en Paysandú el “luisismo” puso en claro su postura en relación a la reforma y a la vinculación con el herrerismo: critica los intereses del herrerismo y su pasado golpista y los móviles que los motivan a apoyar la reforma y pone énfasis en que la Constituyente Nacional incluya avances sociales y económicos para que la reforma sea tomada como suya por toda la sociedad.

Casi en forma simultánea al proceso constitucional comienzan los primeros síntomas de deterioro económico. Las excelentes condiciones para nuestros productos cambian radicalmente, baja la demanda y los precios de nuestros productos principales. Esto se debió a la rápida recuperación europea post segunda guerra mundial y al aumento del precio de los insumos industriales que el país necesitaba para llevar adelante una política de industrialización que era la clave del proyecto batllista.

La baja de precios de los productos del agro inicia una serie de tensiones entre ese sector y el Estado. Y lentamente se va extendiendo hacia los sectores populares. Ahora el sector obrero era grande fuerte y corporativizado inician una serie de conflictos y movilizaciones. Por ejemplo en el mes de junio de 1951 se produce una huelga muy importante en la planta industrial de ANCAP que culminó con el procesamiento de algunos trabajadores. Acá comienza la “Coordinación de los Gremios Solidarios” que realizan una gran huelga que duró entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre.

Esta movilización se extendió al sector estudiantil. Así las cosas el inicio del proyecto colegiado coincide con el punto más alto de la conflictividad sindical. Huelgas en Salud Pública que llevan a aplicar por parte del CNG las medidas prontas de seguridad previstas por la Constitución y que contaron con la autorización parlamentaria.

Desde el punto de vista ideológico el luisismo se sostuvo en herencia republicana del primer batllismo estableciendo distancias con el movimiento político que se enfrentaba a la movilización sindical y estudiantil. El objetivo era llegar a lo que don Luis definía como Democracia Integral: Esto incluye reivindicar la democracia como un sistema donde priman las más absolutas libertades y que por supuesto incluye la defensa de ll libertad sindical y el camino hacia la justicia social con la continuación del proceso reformista del primer batllismo.. Cuando asume Martínez Trueba el diario Acción en su editorial sostenía que el batllismo “...se nutre de fuerzas populares y se encuentra en marcha hacia la democracia integral basada en la libertad política y en la plena seguridad social” también se llamaba al “ ...pueblo partidario a sustituir a los conservadores por orientaciones de renovación y reforma dictadas desde el club seccional a las agrupaciones de gobierno desde la base a las alturas” La postura republicana y liberal del batllismo se ve con claridad cuando en Consejo Nacional de Gobierno que prohibía la realización de una “Conferencia para la paz promovida por el Partido Comunista”.

Desde Acción se criticó esta postura el 17 de marzo de 1952 con el título: Riesgo para la democracia “El orden no se mantiene con violaciones de preceptos constitucionales. La libertad de pensar y emitir el pensamiento y reunirse para hacerlo. Son inalienables. Pertenecen a la condición humana, como un patrimonio natural. La Democracia debe existir incluso para los no democráticos... cercenar libertades en nombre de la Democracia es organizar la decadencia de la Democracia”. La realidad era que la histórica ética de la responsabilidad del batllismo hacía percibir la creciente sociedad movilizada y los pasos del batllismo eran incluirlas en el proyecto reformista y no enfrentarlas. Los grandes partidos tienden naturalmente a señalar dentro de filas tendencias más o menos definidas en materia ideológica pero siempre buscando la renovación y la reforma sostenía Don Luis. Cuando se produce la derrota en las elecciones de 1958 y de 1962 y el fallecer Batlle Berres en 1964 comenzó una larga disputa por el liderazgo de la lista 15 que implicó además debates ideológicos y cambios programáticos.

"La Democracia no es solo libertad. Los pueblos reclaman algo más. La Democracia no tiene porque suponer necesariamente una evolución lenta en su marcha y discusión prolongada para atreverse a dar un paso por el progreso y por la justicia social" Es claro que el batllismo del período, denominado Neo batllismo, fue un movimiento policlasista que buscó y consiguió en parte una alianza entre los industriales, la pequeña burguesía, las clases medias y el sector obrero. Desde el punto de vistas económico el eje fue el proceso de industrialización que logró el apoyo tanto de los sectores estatistas como de los sectores dirigistas en materia económica.

El rol del Estado para Luisito era el de contribuir con gran energía a mantener la paz social. No toleraba la lucha de clases porque la visión del batllismo era la del hombre por encima de la sociedad. Retomando su discurso de 1947 sostenía: "Cuando se amasa la riqueza entre el capitalista y el trabajador, lo que se produce es de todos y tiene que repartirse con equidad para que no exista el que lo tiene todo y el que no tiene nada, porque eso no es ni la tranquilidad ni la paz, ni la justicia; eso es la arbitrariedad y con arbitrariedad no podemos asegurar la paz social..."

Mucho se ha debatido sobre el rol de la lista 15, de su relativo apoyo al sistema colegiado en su momento o su inconveniencia de instaurarlo en 1952, pero es innegable que Luis Batlle Berres tuvo grandes coincidencias con Don Pepe: ambos fueron industrialistas,  se basaron en la política de sustitución de importaciones, el instrumento fue diferente con el sistema de cambios múltiples. Ambos vieron al mercado interno como motor de desarrollo y fuente de empleo. Y sin dudas el rol del Estado intervencionista, laico y tolerante.

"El discurso de Luis Batlle se entronca con la tradición liberal, tal como había sido reinterpretada por el batllismo de Don Pepe. Luis Batlle hizo frecuentes invocaciones a la justicia social, con un énfasis claro del papel tutelar del Estado para proteger a los más necesitados de la sociedad. También Luisito atacó a los que consideraba demasiado ricos a los que consideraba enemigos de la sociedad pero lejos de considerarse un discurso que presentase a la sociedad enfrentada en lucha de clases. Para Batlle Berres los demasiado ricos y los necesitados era casos límite de una sociedad en la cual la mayoría de la población estaba bajo el amigable paraguas del Estado batllista. Por esta razón el  neobatllismo tuvo un gran apoyo en la clase obrera, pero con un discurso no clasista presentándose como una alternativa a una postura de lucha de clases. Los trabajadores participaban en la vida política no en cuanto tales, sino en cuanto ciudadanos del Estado batllista . El hecho de que el orden social fuera libre y en armonía y sin antagonismos sociales no obedecía a un orden natural preestablecido, por el contrario al resultado directo de la estrategia anticipatoria de los gobiernos batllistas. Más claro que el primer batllismo, la visión neobatllista  fue la mediación entre los distintos sectores sociales a través de la tutela estatal".

El batllismo, y el Uruguay del optimismo lentamente fueron cambiando de perspectiva.



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