Correo de los Viernes - La agroecología y lo políticamente correcto

La agroecología y lo políticamente correcto

Por Tomás Laguna

Con la aprobación por unanimidad en Diputados, el fomento de la Agroecología es ley. Una propuesta cuya aprobación demuestra que la obsecuencia con lo políticamente correcto está por encima de la sensatez.

Permítanos el lector volver sobre un tema sobre el cual ya nos expresamos hace dos meses. El Poder Ejecutivo promovió ante el Parlamento un proyecto de ley para promover la Agroecología. El mismo fue aprobado por unanimidad en el Senado de la República, y ahora ocurrió lo mismo en Diputados. Se trata de esos temas zonzos, panfletarios, para su exhibición en la barricada de lo políticamente correcto no importa la razonabilidad de la propuesta. Se pretende promover modelos productivos inaplicables por no tener justificación con el desarrollo estratégico de un país que pretende ser competitivo ofreciendo alimentos a un mundo demandante, y como tal no responden a esa naturaleza agroexportadora que resulta vital para nuestra economía

Cualquier individuo medianamente capacitado para asumir la representación parlamentaria debería estar en condiciones de discernir entre propuestas económicamente viables para el desarrollo productivo del país y las que obedecen a fundamentos meramente ideológicos. La responsabilidad última de un parlamentario debería ser que sus decisiones se amparen en el objetivo mayor determinado por el desarrollo económico y social de la República, por encima de cualquier otra consideración. Precisamente objetivos imposibles de congeniar con la implementación de los modelos productivos que se promueven a través de este tonto proyecto.

El proyecto se basa en la conformación de una comisión, faltaba más, para alcanzar los objetivos que se promueven desde la misma exposición de motivos. En la misma estarán convocados de una vez a los fundamentalistas de la tecnofobia, enemigos del agro negocio y militantes del anti sistema. En vez de deliberar y confabular en las cavernas de los comités de base al menos lo harán junto a delegados de distintos organismos del Poder Ejecutivo y la institucionalidad agropecuaria. Interesante espectáculo. Tendrán como principal tarea la elaboración del Plan Nacional de Producción con Bases Agroecológicas. La misma ley determina las facultades y pautas que deben seguir para la elaboración del mencionado plan. Hasta aquí parece una propuesta inocua, intrascendente de no conseguir adeptos entre los agricultores y demás productores, los que, en su respetable y lógica racionalidad, valoran la tecnología en función de los resultados productivos y económicos. La preocupación radica en que mañana no se quiera condicionar los sistemas de producción convencionales, sea por imposición o por el simple hecho de que como hay algún agroecológico en un radio predeterminado, no se permitan a otros productores las tecnologías de última generación, las que dan razón de ser al modelo agroexportador sustento de nuestra viabilidad como país.

La intención y alcance de un proyecto de ley suele ser explicitada en la exposición de motivos que lo antecede. En este caso se trata de un absurdo manifiesto eco marxista de carácter absolutamente panfletario. Si los señores representantes que no están alineados con estos principios lo pasaron por alto, una vez más vuelven a actuar con displicencia o frivolidad al considerar la propuesta. Para no aburrir al respecto solicitamos al lector que se remita a nuestra nota de fecha 19 de octubre.

Los temas urgentes y relevantes como lo son hoy la viabilidad de la producción lechera, la supervivencia de la producción de arroz, la competitividad de nuestras principales agroindustrias, todas ya sin excepción afectadas en su proyección futura, dejan paso a esta tontería mayúscula de ribetes inciertos en sus consecuencias. Debemos entender que para el Poder Ejecutivo el desarrollo de la producción agrícola pasa por la agroecología, mientras que protocolos en materia fitosanitaria cada vez más exigentes para exportar están condicionados en su cumplimiento por el uso de eventos genéticamente modificados que nuestros competidores ya utilizan y acá no han sido aprobados.

Mientras tanto desde el MGAP se hacen jornadas rimbombantes para promover la Conciencia Agropecuaria. Seguramente un elemento que faltó al momento de votar este proyecto de ley. Sería bueno instruir a nuestros legisladores en la materia, aún aquellos que dicen venir de nuestra campaña.