Hay personas violentas que no son recuperables

Un experto psiquíatra sostuvo que aunque los seres humanos no somos violentos por naturaleza, hay personas adultas con comportamientos sumamente violentos que no pueden cambiar su forma de ser.

El Dr. Federico Dajas, médico psiquíatra con importante experiencia y autor de varios estudios sobre el suicidio, publicados en la Revista Médica, explicó en el programa “Así nos va” de Radio Carve que las personalidades violentas deben ser identificadas y tratadas muy tempranamente, porque en la adultez es muy difícil cambiar los comportamientos.

“Nos rodea tanto la violencia, en los aspectos colectivos o personales, que uno se pregunta si somos violentos por naturaleza”, planteó el investigador. “La violencia no es posible en la evolución  los violentos son rápidamente excluidos. Nos afirmamos por nuestro comportamiento social colectivo y no somos violentos por naturaleza”.

Dajas explicó que las personas violentas tienen “alteraciones varias” en su cerebro: “En la zona temporal, en el cerebelo y en la zona inferior. Pero desde el primer momento llamaron la atención las alteraciones en el lóbulo pre-frontal, donde hay menor número de neuronas, que tienen un cambio metabólico y están mal conexionadas”. Para el psiquiatra se trata de “un cerebro disfuncional demostrado concretamente” y es una situación “muy grave”.

Dajas sostuvo que como consecuencia de estas alteraciones las personas no son capaces de regular la ansiedad y terminan en una situación de “tensión crónica”, por lo que “en cualquier momento se desencadena el acto violento”. Además, el psiquíatra indicó que “hay regiones del cebero que tienen que ver con lo moral, que están también en la parte pre frontal” por lo que la disfunción es “cerebral moral”: “El individuo tiene una perspectiva cognitiva de lo que es el acto pero no siente lo que puede pasar si lo ejecuta”, dijo el investigador.

“Lo que es clave en la visión actual de la violencia y de la posibilidad de prevención es que ese cerebro disfuncionado tiene un componente genético, sin duda, pero también tiene un componente social”, indicó Dajas y agregó que “el cerebro es la incorporación biológica del contexto social” y en ese sentido el desarrollo temprano es fundamental: “La genética del cerebro está cambiada por esa situación de tensión y sufrimiento infantil”. Además, el investigador señaló que estas alteraciones en la infancia “dan cambios epigenéticos que incluso se transmiten a los hijos”.

Dajas sostuvo que “científicamente hay personas que no son recuperables”, ya que el adulto ya está establecido cerebralmente y estos casos tiene alteradas las conexiones, por lo que no hay forma de aplicar un tratamiento farmacológico. “Es más una cuestión de estrategias de largo aliento”, sugirió el psiquiatra y dijo que para prevenirlo hay que trabajar en las edades tempranas, la infancia y la adolescencia de forma sostenida. “No hay otra alternativa de prevención”, indicó.



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