Es un error haber recibido a Roger Waters como ciudadano ilustre

El periodista Bernardo Wolloch del semanario Búsqueda, le hizo un reportaje el Dr. Julio María Sanguinetti sobre la presentación de su nuevo libro, “La trinchera de Occidente”, en el que recopila sus notas periodísticas sobre Israel. La instancia fue propicia para que Sanguinetti fuera consultado sobre el significado de la visita del músico Roger Waters, y las expresiones de antisemitismo y racismo que se han venido generando. Trascribimos esa entrevista.

Aunque las cuestiones partidarias le tocan la puerta día y noche, el expresidente Julio María Sanguinetti aún tiene tiempo para escribir y presentar un nuevo libro. En la introducción asegura que los 70 años de la Declaración de la Independencia del Estado de Israel lo motivaron a recopilar lo que conforma La trinchera de Occidente. Allí se recogen artículos, conferencias y debates de Sanguinetti durante cinco décadas sobre el conflicto israelí-palestino, el pueblo judío y el palestino y la mutación del antijudaísmo tradicional. El libro, que ya está en librerías, se presentará en el Hotel Sheraton el viernes 21 a las 19:30. Acompañarán al autor el periodista Carlos Pagni y Pablo da Silveira.

El tema del libro generó especial atención luego de que, previo al concierto de Roger Waters, un grupo de uruguayos cercanos a la cultura escribieran una carta dirigida al cantante, un crítico de la política que lleva adelante Israel en Medio Oriente. Entre los firmantes aparecen Jorge Zabalza, Estela Magnone, Hoenir Sarthou, Daniel Panario, Ney Peraza, Veronika Engler, Ofelia Gutiérrez, Garo Arakelian, Raúl Viñas, Gustavo Castagnello, Daniel Figares, Alma Bolón, Marcelo Marchese. La misiva critica al gobierno, la oposición, bancos y empresas y se hace una comparación entre Israel y el cerdo característico de la banda de rock Pink Floyd: “Así como Israel arrasa la cultura nativa de Palestina y se apodera de su tierra para engrosar la billetera de los cerdos, aquí, nuestro gobierno y sus aliados de la oposición, en suma, todo el sistema político, se convierte en los perros guardianes del negocio de los cerdos, que ya se han apoderado de la mitad de la tierra del país y vienen por más”, dice un pasaje de la carta.

Esta epístola despertó el interés del expresidente Sanguinetti, que más tarde escribió en Correo de los viernes una crítica contra Roger Waters por utilizar la imagen de un cerdo “con excusa del conflicto entre Israel y Hamas” y suscitar iconografías antisemitas medievales. Lo que sigue es una entrevista con Sanguinetti sobre la visita de Roger Waters, su visión sobre el conflicto israelí-palestino y la posición del gobierno uruguayo en estos temas.


—¿Qué opina de que se le haya otorgado el reconocimiento de Ciudadano Ilustre a Roger Waters?

—Me parece un error porque es un ciudadano que no actúa simplemente como artista. Sin dudas es un músico de una enorme popularidad, pero el hecho es que se ha transformado en un agitador político racista. Esa mezcolanza que hace de la imagen del cerdo que usa en algunos de sus recitales asociándola al tema judío hace que reaparezca el abominable judensau, que era la iconografía clásica del antisemitismo medieval. Eso es lamentable. Es lamentable que se declare ilustre a alguien que tiene una militancia fundamentalmente racista y, además, ignorándolo todo: menciona hasta a los charrúas y no tiene la menor idea de lo que está hablando. Es un gran músico que desgraciadamente ha devenido en un agitador político y eso no se puede ignorar a la hora de darle un reconocimiento oficial.

—¿Qué opina del teatro El Galpón al negar el espacio para Encuentro con Roger Waters: Palestina y los derechos humanos hoy?

—A cierta altura le advirtieron lo que estaba pasando. Incluso había habido una proclama de un grupo de presuntos intelectuales encabezados por el señor Marcelo Marchese en el cual se publicó un documento realmente oprobioso. Ahí se habla de personalidades intelectuales y alguno luego borró su nombre y felizmente el teatro El Galpón también lo hizo. Era una carta muy lamentable porque hay una demonización de Israel que va más allá de lo que pueda ser el debate sobre el tan difícil tema palestino.

—Roger Waters es un activista del movimiento Boicot, Desinversión, Sanciones (BDS), que fue creado por académicos palestinos y promueve el boicot y sanciones a Israel, entre otras cosas. ¿Qué opina de que el PIT-CNT haya brindado su sede de la calle Jackson para albergar ese discurso?

—Me parece un error estar conectado a un artista que va mucho más allá de su condición. Es un agitador político de una causa a la cual vemos como reaccionaria y regresiva.

—¿Por qué escribir un libro sobre Israel?

—El libro que estoy presentando es con motivo de los 70 años del Estado de Israel. Es una vieja causa de nuestro partido, del batllismo, de los tiempos de Luis Batlle asociado a la creación del Estado. Personalmente, en mi larga vida periodística, he estado escribiendo sobre Israel, el judaísmo y el antisemitismo. El asunto ha ido adquiriendo variantes a lo largo del tiempo y, desgraciadamente, no sale de la escena. Sin ir más lejos, estos días hemos tenido ese atentado en Pittsburgh y en nuestro país un recital de un músico que practica el antijudaísmo.

—Los textos de La trinchera de Occidente son artículos y conferencias que dio en diferentes ámbitos durante medio siglo. ¿Qué temas repasa?

—Los primeros artículos son en el diario Acción en 1960, en aquellos ya lejanos años. Notas sobre la Guerra de los Seis Días o la Guerra de Iom Kipur, en todos esos temas como periodista he estado presente. Me parecía importante hacerlo para documentar lo que fue pasando en cada uno, por lo menos de los que éramos favorables al Estado de Israel y a su causa. Esto además ha cambiado con los años porque desgraciadamente el tema ha ido moviéndose y el propio éxito del Estado de Israel ha ido creando una situación totalmente distinta, un poco paradójica, si se quiere. Ahora, en lugar de antisemitismo se habla de antisionismo. Son dos medallas de la misma cosa. Uno es la negación del individuo, el otro es la negación del pueblo a tener una vida propia. Esto ha ido creando una diferencia muy importante: antes, el tema se encaraba desde el ángulo conservador y ahora la impugnación viene más bien de la izquierda, curiosamente. El antijudaísmo pasó a ser de izquierda, antes era de derecha.

—¿Se puede ser antisionista y no ser antijudío?

—Diría que en teoría sí, pero en los hechos no. El antisionismo supone la negación del derecho del pueblo israelí a tener un Estado. Es una causa histórica de los siglos de los siglos. Personalmente creo que es la negación de una dimensión fundamental, negarle a un pueblo ese derecho. Sobre todo cuando la historia demuestra que en el año 1948 se crearon dos Estados, uno judío y otro árabe. La negativa de los gobiernos árabes de la época son los que generaron ese conflicto que aún persiste. Por eso decimos que el antijudaísmo tradicional era nacionalista y ahora es universal; antes era reaccionario y conservador y ahora es de izquierda y se cubre de antisionismo; antes era un partido del cristianismo, ahora viene del lado musulmán. De modo que ha habido un cambio cuantitativo y cualitativo. Además, el pequeño David que se defendía de Estados muchos más poderosos a lo largo de sus primeros años, más tarde el Estado de Israel ha demostrado vigórica capacidad de sobrevivir. Ya no es el pequeño David, es el fuerte que sobrevive.

A veces se confunde la propia existencia del Estado con lo que puede ser los actos de sus gobiernos. Uno puede ser más o menos favorable a un gobierno, llámese israelí o quien sea, pero el tema es el cuestionamiento al Estado mismo. Cuando se habla de la causa palestina... La causa palestina fue traicionada desde el primer día por los Estados árabes. Y aún hoy pesa primero que se reconozca a Israel. Entonces, invocar el derecho de Palestina a existir como Estado cuando se niega a reconocer la existencia del Estado de Israel es lógicamente inadmisible. El Estado de derecho internacional es para todos o no es para nadie.

—¿Qué opina del liderazgo árabe y en particular del palestino?

—El palestino está divido en dos. De modo que no se puede hablar de un liderazgo palestino común. Por un lado está el gobierno de Cisjordania, Al-Fatah, y por el otro, está el gobierno de Gaza, que es Hamas y claramente es una organización terrorista. Estamos con dos gobiernos partidos, por eso no se puede hablar de un Estado ni de una unidad palestina. Es un liderazgo totalmente dividido y fraccionado.

—Teniendo en cuenta la historia que antecede a Uruguay, ¿qué opina sobre la actual posición del gobierno uruguayo en relación con Israel y Medio Oriente?

—Últimamente ha habido un cambio sobre estos temas. Hubo una cierta bajada de lo que ha sido la posición tradicional de Uruguay. Ha habido diversos episodios en los cuales se ha demostrado que la posición ha ido variando y no en la buena dirección.



Aunque la vistan de seda, la mona, mona queda...
El Batllismo es Colorado
Julio María Sanguinetti
La educación en malas manos
Israel e Irán
Manipulación histórica
Mal presagio
Disco rayado...
El ABC de los populistas
Uso indebido del batllismo
La UAM no termina por superar las dificultades de gestación y parto...
Tomás Laguna
Intransferible
Consuelo Pérez
Proyecto de Ley de Paridad
Jorge Ciasullo
La "Entente Cordiale" de abril de 1904
Daniel Torena
Bienvenidos al populismo de derecha
El metaverso del autoritarismo latinoamericano
Sus erecciones, nuestras palizas
Amnesia e impunidad: la dictadura cubana tiene experiencia en violentar embajadas y asesinar civiles que buscan asilo
Frases Célebres 986
Inicio - Con Firma - Ediciones Anteriores - Staff Facebook
Copyright © 2021 Correo de los Viernes. Publicación de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.