El pasaje de la Ingeniera Carolina Cosse por la presidencia de Antel, contrariamente a sus ambiciones de perpetuarse en el cemento (Antel Arena,) pasará a la historia como uno de los períodos de peor resultado económico del ente monopólico.

El balance “preliminar” de la empresa, muestra que las ganancias cayeron en dos años a casi la mitad (47%) y que se recurrió a la venta de 10.000millones de pesos en bonos, para financiar inversiones y cubrir gastos de funcionamiento. En el año 2013, la ganancia de la empresa fue de U$S 176 millones, en el año 2014 se estima que se llegará a U$S 82 millones. Si se compara con el año 2012 el resultado es peor, la ganancia fue de U$S 228 millones-en consecuencia comparado con el año 2014 se llega a una reducción del 54%. Por otra parte los gastos operativos del ente aumentaron 29%, si se comparan los años 2013 con 2014 y su plantilla fe funcionarios creció 11% (no se tiene en cuenta becarios y personal de empresas subsidiarias).

El diario El País del pasado domingo 17, al comentar la situación del ente consigna: “Estos datos pusieron a la gestión de la empresa en el centro de las preocupaciones del gobierno”. Es realmente llamativo que ahora, pasadas las elecciones nacionales, se conozca públicamente la situación financiera de esta y de otras empresas públicas como Ancap -que perdió más de 169 millones de dólares- Tal vez un observador extranjero, pueda pensar que lo que ha ocurrido es que ha cambiado el partido de gobierno, hasta que alguien le advierta, por ejemplo, que no sólo es el mismo partido, sino además que, el actual Ministro de Economía, hoy tan preocupado, era, en el período anterior, el Vicepresidente de la República y que quienes eran los máximos responsables de Ancap y de Antel , fungen hoy como Vicepresidente de la República y como principal jerarca del Ministerio de Industria respectivamente.

Desde estas páginas en forma reiterada, se advirtió por ejemplo, sobre el exceso de publicidad del monopólico Antel y también de Ancap. Publicidad con claros visos de promover políticamente las figuras de sus principales responsables (Sendic y Cosse). Asimismo, se dudó de la oportunidad de proyectar el Antel Arena. En efecto, más allá de la opinión de si era necesario demoler una obra arquitectónica muy particular, como lo fue el Cilindro-proyectado por Leonel Viera- que fuera el principal estadio cerrado de nuestro país, para construir el Antel Arena, bajo la justificación de que el ente debía invertir sus “ganancias. La obra , según la Ingeniera Carolina Cosse significaría una inversión de 40 millones de dólares, de acuerdo a un contrato con la empresa Teyma, cuyos términos nunca fueron públicos, sosteniendo en ese entonces, que el costo se recuperaría en 4 años en base a arrendamientos de ese centro a espectáculos deportivos, musicales, eventos etc. En una palabra se recuperaría la inversión a un ritmo de un millón de dólares por mes todos los meses y todos los años. Algo más que optimismo con dinero ajeno.

El hoy Ministro Astori, al referirse a este proyecto, que en el período anterior no le mereció objeciones, ahora, al dudar si se continuará adelante con el mismo declara:” cuando se pone a analizar la totalidad de las prioridades del país y se están buscando recursos para actividades prioritarias, como la educación, infraestructura y seguridad pública, que son obviamente los objetivos del próximo presupuesto, se tiene que considerar todo”.

Llegamos así a la Fibra óptica, para lo cual se destinaron 500 millones de dólares, El gobierno entiende que el plan de negocios no fue adecuado dado que “uno de cada tres hogares con acceso a fibra paga por ella”. Para justificar la inversión la expresidenta de Antel, justificó la inversión por razones tecnológicas y aseguró que deja al país preparado para satisfacer las demandas de los próximos 30 años. (El País 17-05-2015)

Si bien en principio estamos de acuerdo, en que el país debe modernizarse especialmente en lo que refiere a tecnología y comunicaciones, no podemos admitir que en esta época se justifique un plan de negocios inadecuado como ha sido calificado por las jerarquías del Ministerio de Economía, asegurando, por parte de una profesional universitaria que esa tecnología será la que se aplicará en 30 años. Invitamos al amigo lector a pensar en las transformaciones que ha tenido por ejemplo, la comunicación telefónica a partir del año 2005 al sistema actual, bajo el cual, un dispositivo inalámbrico y satelital de pequeña dimensión y costo accesible tiene funciones más complejas, que las enormes computadoras entonces de uso en grandes corporaciones.

La fibra óptica es un gran avance, pero ya se están experimentando otros medios de trasmisión de datos a gran velocidad, que no presenten algunos de los inconvenientes de la fibra óptica, como la fragilidad de las fibras, sus complicados empalmes en caso de roturas, la no existencia de memorias ópticas y el alto costo de trasmisores y receptores. En consecuencia, pensar no ya que en 30 años continuará el sistema actual sino en 5, es realmente inaceptable.

El 15 de febrero pasado “fuentes del gobierno” consultadas por el Diario el País manifestaron: “es pública la visión crítica sobre cómo se procesaron las inversiones. Hubo una superposición de inversiones que no tuvieron en cuenta lo que ocurría en el resto del Estado. La fibra óptica es un claro ejemplo...” Obviamente coincidimos con estas apreciaciones, reiterando nuestra observación en cuanto a porqué ellas no fueron manifestadas oportunamente y se dejaron continuar los procesos, de llamado a licitación, en el caso del cilindro, o el de realizar un análisis del plan de inversiones en el caso de la fibra óptica, basado en una apreciación de quienes serían sus usuarios y, atado a ello el retorno de la misma.

En definitiva entre el sueño de recuperar una inversión de millones de dólares en 4 años y sostener que un sistema de trasmisión de datos vigente hoy, lo estará en 30 años cuando” mañana es ayer” es futurología cercana al delirio, que todos pagamos.