El laberinto de la izquierda y el "violador ilustre"

Mientras el Foro de San Pablo ratificó su apoyo al sangriento dictador nicaragüense Daniel Ortega, el Frente Amplio aceptó votar una declaración de condena en el Senado. Pero le mantiene el título de “Ciudadano Ilustre” de Montevideo, que la Intendencia le confirió en medio de la polémica ante las acusaciones de haber violado a su hijastra. Además, una influyente Ong le reprocha al gobierno su apoyo a Venezuela. La política exterior uruguaya se encuentra en el banquillo de los acusados.

El tradicional apoyo del Frente Amplio a las dictaduras de izquierda, igualmente violadoras de los derechos humanos y de las libertades que las dictaduras militares, viene poniendo en aprietos a la coalición oficialista. Ante la presión de la opinión pública internacional y de la oposición vernácula, el Frente Amplio no tuvo más remedio que votar en el Senado una declaración de condena a los atropellos perpetrados por Daniel Ortega, aunque la misma no resultó ser tan fuerte como reclamaron los partidos Independiente, Nacional y Colorado. Mientras tanto, el Foro de San Pablo, organización que el Frente Amplio integra, ratificó su apoyo a Ortega sin hacer referencia a los 350 asesinatos de jóvenes opositores, que la represión ha provocado en los últimos meses. La acción de paramilitares protegidos por el gobierno de Ortega, que se dedican a asesinar en las calles, sin más trámite, a los disidentes, ha dado lugar a la repulsa internacional, pero de ello no se ha enterado el Foro de San Pablo, que asocia las protestas contra Ortega a la interferencia del imperialismo norteamericano.

El Daniel Ortega que hoy condena el Senado es exactamente el mismo que en 2008 la Intendencia de Montevideo condecoró como “ciudadano ilustre”. O “violador ilustre”, como certeramente lo calificó el periodista Claudio Paolillo en una columna memorable en la que recordaba los antecedentes del nicaragüense, violador de su hijastra – lo que ya se sabía al condecorarlo - entre otros títulos nada prestigiosos. El hecho habla de la ligereza con que la Intendencia regala los honores que deberían estar destinados a personalidades realmente relevantes, pero además es expresivo de una inadmisible politización de la que ahora será difícil salir. La Intendencia distinguió a una persona que ahora es condenada por el Senado, con los votos frenteamplistas, por violar los derechos humanos. Un formidable entrevero. Varios senadores reclamaron que esa distinción sea retirada por la autoridad comunal, pero ni el intendente Daniel Martínez ni alguna otra autoridad opinaron hasta ahora sobre el asunto.

Pero más entrevero aún es lo que pasa con el vínculo carnal entre el gobierno uruguayo y Venezuela, basado en inconfesables intereses particulares y económicos. La prestigiosa Ong “Human Rights Watch” expresó por carta que no entiende ni acepta la complicidad del gobierno uruguayo con el régimen venezolano, violador sistemático de los derechos humanos. En su misiva, la organización reclama a Uruguay que adhiera a la condena internacional que ya firmaron muchos gobiernos del mundo y recuerda las condiciones terribles que se viven en ese país, señalando que, además de los 200 asesinatos en las calles, “más de 12.000 personas fueron objeto de detenciones arbitrarias desde 2014 hasta ahora, y al menos 570 personas —incluyendo 35 niños— fueron detenidas entre agosto de 2017 y el 30 de abril de 2018. Muchas personas detenidas han permanecido incomunicadas y han sufrido tratos crueles, inhumanos y degradantes que, en algunos casos, constituyeron torturas. Entre las técnicas utilizadas se documentaron descargas eléctricas, violentas golpizas, asfixia y abuso sexual, incluidos casos de violación”.

La denuncia de “Human Rights Watch” pone en evidencia la debilidad ideológica y la inconsistencia moral de la posición del gobierno uruguayo y del Frente Amplio, que muy tardíamente reaccionan por lo de Nicaragua mientras callan ominosamente por lo de Venezuela.

La vergonzosa complicidad con el régimen de Maduro sólo podría explicarse a esta altura por las denunciadas pero no investigadas maniobras económicas que en beneficio de algunos sectores oficialistas se mantuvieron en el pasado reciente.

Hoy, el “ciudadano ilustre” Daniel Ortega es censurado por el Frente Amplio, pero Maduro y los suyos son igual o peor que Ortega. Son todos dictadores sangrientos que merecen el mismo unánime repudio. ¿Qué razones, tan poderosas como oscuras, le impiden censurar también a Maduro?



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