Correo de los Viernes - El ataque a Robert Silva es una canallada

El ataque a Robert Silva es una canallada

Por Elena Grauert

No hay ningún fundamento jurídico ni ético en el vil ataque que organiza el Frente Amplio contra el candidato a vicepresidente del Partido Colorado. Se trata única y lastimosamente de una rastrera maniobra electoral.

Robert Silva, representa culturalmente al típico uruguayo. Su origen dista mucho de ser un ciudadano de clase media acomodada, digamos que, si bien él y sus padres se debían autodefinir de clase media, la lucha por llegar a fin de mes y medir cada gasto debía ser la modalidad de todos los días. Madre maestra, padre mozo en Tacuarembó, representa ese Uruguay que, sin importar el origen y la riqueza, la educación era la gran herencia que dejaban nuestros padres para lograr estabilidad y ascenso social.

Él mismo se reconoce como un producto de una gran educación familiar y fiel integrante de la Escuela Pública, que fue lo que lo impulsó a luchar por defenderla desde muy joven, habiendo resultado electo como representante de los docentes para el CODICEN.

Uruguay es ese país donde todos nos sentimos orgullosos de autodefinirnos de clase media, porque ello nos permite un sentido igualitario, donde la diferencia sean únicamente las virtudes y el esfuerzo, siendo los bajos índices de analfabetismo un amor propio nacional que nos diferenciaba del resto de Sudamérica y el mundo. Hoy, lamentablemente, muchas de esas virtudes las hemos perdido, pero siguen siendo parte de la tradición cultural nacional.

Institucionalmente, nuestra democracia, ha sido otra de nuestras características, el deber de responsabilidad que tanto hace hincapié Max Weber, ha conformado parte del “leitmotiv” del Partido Colorado desde su fundación. Joaquín Suarez con la frase "a la madre no se le reclaman deudas”, negándose a cobrar al Estado sus deudas, ha sido parte de nuestra gloriosa tradición solidaria, humanista y progresista.

Cuando en Uruguay existen instrumentos jurídicos como los pases en “comisión o reserva del cargo” , se trata de brindar a todos los ciudadano la posibilidad de acceder a cargos políticos o políticos –técnicos (como en el caso de Robert Silva) , que permitan utilizar sin gastos mayores para el Estado, ni sacrificios imposibles para la persona que se designa, que puedan formar parte del gobierno. Es una forma eficiente de utilizar los recursos humanos que tiene el propio Estado. Sin duda han existido abusos, pero ello no invalida para nada el instituto que permite a las personas acceder a cargos, que de otra forma sería imposible o muy difícil llenarlos.
Hoy hay Ministros o Directores Generales o Presidentes de Entes autónomos del gobierno del Frente Amplio, que tienen reservado los cargos, y ganan por el sueldo más alto, y eso no está mal, es un instrumento excelente de la democracia que permite una utilización eficiente de los recursos humanos, pudiendo acceder los mejores o más aptos funcionarios a dichos cargos. Si esto no fuera posible, solamente los ricos podrían acceder a los cargos políticos, dado que quien tiene que mantener una familia, no siempre puede correr el riesgo de renunciar a sus ingresos. Nadie se hace rico por esto, y por el contrario permite a los más débiles ascender socialmente.
Si Robert Silva pudo jugarse por participar en una elección para acceder al CODICEN, o participar activamente asesorando a un legislador y colaborando en proyectos de ley, es porque existen esos institutos jurídicos, que permiten a gente que vive de su trabajo acceder a otras funciones de mayor jerarquía o de carácter técnico político, que de otra forma no ría posible. Lo contrario sería un incentivo para una “plutocracia” o gobierno de los ricos.

Conocí a Robert Silva, cuando accedió a la Secretaria General en la URSEA, dado que yo detentaba la misma función en la URSEC, ambos organismos creados en el periodo 2001-2004, que intentaron modernizar la gobernanza de los servicios de telecomunicaciones, energía y agua. Gracias a esas reformas (muy denostadas y criticadas por el Frente Amplio) hoy tenemos la diversidad de generación energética renovables, como la competencia en telefonía móvil celular. Lo cual demuestra la valía técnico intelectual de nuestro candidato a vicepresidente.

Es más cuando se crearon URSEC y URSEA, ambos organismos se integraron con personal venido de ANTEL , CORREO o UTE, mediante pases en comisión o reserva de cargo, dado que era la única forma barata y eficiente de integrar nuevos organismos, en plena crisis. La historia fue que muchos funcionarios que participaron en esas nuevas funciones, incluso perdieron dinero o posibilidades de ascenso, pero no reclamaron, dado que se jugaron por nuevos poryectos y sin duda eso valió la pena porque el Estado ganó con ello.

Por tanto atacar a Robert Silva , es una canallada que lo único que intenta mediante mecanismos mentirosos, es desprestigiar institutos legítimos que mejoran el funcionamiento del Estado y que son utilizados por gran parte de los integrantes del gobierno.

Sin duda, nos tienen miedo porque justamente Robert Silva representa el sueño uruguayo bien logrado, producto de la educación pública y del legado tan repetido por nuestros ascendientes inmigrantes, en cuanto a que sólo la educación es lo que nos pueden dejar, dado que ellos solo viajaron con lo puesto, su voluntad y sus sueños.