Correo de los Viernes - El arma asesina

El arma asesina

Por Consuelo Pérez

Ciertamente no es nuevo el “affaire” vinculado con un telegrama que el Dr. Tabaré Vázquez dirigió al entonces “presidente” Gregorio Álvarez, cuando éste asumió en el usurpado cargo en 1980.
A su vez, además de que el Dr. Batlle nos lo recordó, es turbador refrescar en la memoria que la actividad del Dr. Vázquez posterior al telegrama estuvo siempre directamente relacionada con la función pública, en ámbitos a los cuales les hubiese sido imposible acceder, si su vínculo con quienes “gobernaban” no hubiese sido, digamos, fluido.

Pero atentos a que el Dr. Tabaré Vázquez Rosa desafía a que “aparezca el telegrama”, sin negar no obstante que él lo envió, debemos replantear el escenario diciendo, en todo caso, que posteriormente a la aparición del telegrama de felicitación enviado por el Dr. Tabaré Vázquez, Tabaré Vázquez Rosa se desempeñó a sus anchas en el estado uruguayo, bajo el mandato de Gregorio Álvarez.

Vázquez no niega el crimen, pero se defiende pensando que si el telegrama - arma asesina - no aparece, todos quedarán contentos.
O enojados, según el caso, pensamos nosotros, pues es obvio que los incondicionales deben de estar molestos. Porque no tienen, y nos les dan, explicación alguna que contemple y justifique la actividad del médico.

Porque si el “arma asesina” que vincula al candidato con Álvarez no aparece, situación a la que “se juega” Vázquez no agrega ni quita nada: los que pensamos en que sí existió, seguiremos pensando igual, y los que no también, aunque persistirá la sombra de la duda.
Y si aparece, cosa que parecería en parte probable pues el doctor dice que “se haría cargo” más vale no imaginar el escenario!

Pero el silencio de Vázquez vale más que mil palabras, en aras de suponer que su actividad en dictadura, vedada a muchos, se debió al “arma asesina”.
Porque si no fue así, se debió a otras cosas que ni siquiera sabemos.
Sería entonces mejor que confesase.

Porque además, él nos quiere hacer creer que existe “otro Dr. Tabaré Vázquez” verdadero dueño del “arma”.
Imaginemos la zozobra de su tocayo si fuese en realidad así, y el candidato oficialista birló, en ese escenario, los derechos adquiridos a tan sometido colega.

Ninguna de las hipótesis salva al Dr. Vázquez – el que nosotros conocemos – del escarnio moral de esconder la verdad, como ha escondido la Presidencia el desempeño durante quince años (1972-19879) del “izquierdoso” oncólogo, generándose un “agujero negro” de difícil explicación.

Y ya que entramos en los asuntos cosmológicos, no podemos dejar de mencionar que el candidato oficialista se mostró dispuesto a debatir, al ser consultado al respecto, “cuando los planetas junten sus órbitas” según dijo con su habitual superioridad.

Es sabido que esa imaginaria situación SI se dará, cuando el Sol se agigante hasta engullir algunos de los planetas que lo rodean. Tiempos cosmológicos, claro, ligados con la vida del Sol.

Pero la vida de los humanos se rige por la biología, según nos explicó muy bien Vázquez, y referirla a los astros parece al menos, cosa de dioses.

Sería bueno que el doctor aprovechara esta última oportunidad que su humanidad le brinda, para cambiar ideas, aunque de por medio esté el fantasma del “arma asesina”.

Porque de verdad, no queremos ni siquiera pensar en que ése sea el motivo de su negativa.
O al menos, uno de ellos.