Correo de los Viernes - “El Plan Ceibal se instrumentó sin pensar para que servía”

“El Plan Ceibal se instrumentó sin pensar para que servía”

Un experto en educación que visitó Uruguay sostuvo que el “Plan Ceibal” – la estrella del gobierno de Tabaré Vázquez – está mal articulado y se instrumentó sin que se pensara bien para que se utilizaría la tecnología. EL país “está atrapado en la crisis educativa” dado que hay que vincular la educación con la ciencia y con el mercado laboral para crear un circuito virtuoso.

El diario El País le hizo un reportaje a Fernando Valenzuela, presidente del “Cengage learning”, una institución orientada a armar modelos educativos a partir de factores diversos, con el énfasis puesto especialmente en las tecnologías de la educación. Sostuvo que la falla principal del modelo educativo uruguayo es la conexión con el mundo, con el idioma inglés, con internet y los temas de la globalización.

El experto dijo que si bien el Plan Ceibal es una buena señal, al instrumentarlo no se pensó bien cómo seguiría la experiencia , que obliga a una segunda discusión, ya que el Plan Ceibal se instaló en la forma que fue concebido y se ejecutó pero sin prevenir su futuro. “Se estancó en la discusión en un modelo sobre cómo llevar a cabo la segunda, la tercera y la cuarta etapa porque se sigue linealmente. Observo una plataforma extremadamente innovadora y valiosa pero que necesita mantenerse viva y alimentada para seguir creciendo”.

Aseguró que el problema se está dando en toda América Latina y Uruguay no es la excepción, es el cómo hacer las reformas necesarias, lo que tiene ciertos elementos que no son naturales a un gobierno ni a un sistema educativo. Ahí es donde Uruguay está atrapado porque hay que conectar la educación, la innovación, la ciencia y el mundo laboral para crear un sistema virtuoso. Uruguay tendría que abrazar la globalización y los temas intrínsecos a ella con mayor agresividad que los países con mayor mercado. Uruguay está haciendo las cosas bien en materia de cobertura y acceso a la educación, pero el sistema falla en la conexión con el mundo, con el idioma inglés, con Internet y los temas de la globalización.

Según Valenzuela, hay que terminar con la idea de que acanza lo lineal de traer tecnología e Internet a la educación, pero sin saber para qué. La discusión educativa, social y política no está todavía en el para hacer qué. ¿Para consultar las mejores fuentes de conocimiento del mundo? ¿Para discutir los temas de globalización y de cuidado del planeta? Una vez que tengamos el para qué en la discusión sí usemos Internet, las tablets, y la tecnología para que esto sea realidad. Corrimos -y Uruguay lo hizo con mucha anticipación- para poner un plan de tecnología y dar acceso a Internet, pero no necesariamente eso ha estado bien articulado. Hay elementos que no tienen que ser tan complejos, pero uno de los elementos que traería a la mesa de discusión es cuántos de los chicos que tienen hoy la tecnología están investigando de las fuentes conocidas. El conocimiento está digitalizado y cualquier chico en una ubicación rural con la capacidad tecnológica que ya existe en Uruguay podría estar conectado al conocimiento igual que si estuviera en Singapur o en Alemania. Pero lo limita el acceso a esas bases y en algunos casos el idioma inglés, y por eso tienen que estar la enseñanza del inglés, la razón pedagógica y el enganche para que el aprendizaje se dé y el Plan Ceibal y la tecnología nos conecten con el conocimiento global.

Finalmente, Valenzuela hizo una dura crítica a la forma en que se enseña matemáticas cy ciencias en nuestro país. Dijo que el método pedagógico de materias como ciencia y matemática se basa en criterios del siglo XIX y no del siglo XXI. Como todos los grandes problemas de la humanidad, si uno los logra enfocar donde tiene más problemas, será más fácil encontrar una solución. Hay que buscar sistemas donde los estudiantes no tengan que aprender por memorización y repetición, sino que hay que conectar la matemática con los problemas importantes de una manera entretenida. Seguimos pensando que la educación es como si fuera la era de las fábricas donde los estudiantes van de la clase uno a la dos como si todos se movieran al mismo nivel, pero la realidad es que hoy la tecnología permite personalizar esa experiencia. Hay chicos que son más visuales y hay que darles videos, otros se enganchan más haciendo cosas que leyendo o visualizando. El tema es que seamos capaces de adaptar esa experiencia poniendo el enganche como el factor principal del resultado académico.