El Ministerio de Interior sigue peleado con la verdad

Así como ocultó las cifras de las rapiñas, el Ministerio de Interior no dijo la verdad respecto a su intervención para que la Auf contratara a la empresa que suministró las cámaras de identificación facial

Desde el famoso clásico “de la garrafa” el Ministerio de Interior cambió su actitud y se resolvió a imponer su presencia en los partidos de fútbol. Hasta entonces sostenía la imposible tesis de que los espectáculos en estadios y canchas eran “privados”, correspondiendo por lo tanto el mantenimiento de la seguridad a los clubes. Tamaño despropósito fue desmentido por el propio Presidente de la República, quien, encontrándose en España cuando se produjeron los incidentes mencionados –en medio de los cuales un hincha tiró una garrafa desde lo alto de la tribuna–, ordenó la intervención policial. Pero entonces el Ministerio impuso sus condiciones, exigiendo la instalación y financiamiento de las cámaras de identificación facial a la Auf, para impedir el ingreso de personas que hubieran intervenido en anteriores desórdenes.

La participación de las autoridades fue notoria, así como también fue evidente que en el proceso de selección de los equipos, los jerarcas y técnicos ministeriales pusieron condiciones muy precisas para la contratación de algunas (o una) empresas y el descarte de otras.

Si en ese proceso, el subsecretario señor Jorge Vázquez, que era la cara visible del Ministerio, influyó indebidamente para beneficiar a una empresa de su amistad o vinculación es lo que no se sabe, y habrá que esperar a que el jerarca sea citado al Parlamento a dar explicaciones, como ocurrirá en los próximos días. Pero que intervino directamente en el proceso de selección de la empresa que suministró los equipos, de eso no hay dudas.

Por eso llama poderosamente la atención que, ante la circulación de audios en los que se involucró al Ministerio, la Unidad de Comunicación del mismo haya emitido un comunicado en el que afirma que esa secretaría de Estado “jamás insinuó ni direccionó la contratación de ninguna de las empresas...” Eso es una mentira, porque hasta el repaso de la prensa de la época demuestra lo contrario. El Ministerio direccionó la contratación de una empresa en particular quizás por razones técnicas, pero no hay dudas de que actuó de esa forma.

Tanto Bonomi como el señor Vázquez están tan acostumbrados a engañar a la población con referencia a la cantidad de delitos que en esta oportunidad –en la que podrían haber dicho la verdad respecto a la participación técnica del Ministerio en la selección de la empresa proveedora– volvieron otra vez a las mentiras y empezaron negando todo, aunque después el licenciado Vázquez tuvo que aclarar el asunto en la dirección contraria de lo afirmado inicialmente.

Es muy difícil creerles.



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