Correo de los Viernes - El MIDES y el INDA contra los más vulnerables

El MIDES y el INDA contra los más vulnerables

Por Elena Grauert

El recorte de un programa fundamental para una población en severo riesgo nutricional, sin brindar razones de tipo alguno.

El Mides decidió limitar el Programa de Atención al Riesgo Nutricional (P.R.I.N.) del INDA. Ello implica que si un niño tiene bajo peso, retraso de talla, o cualquier síntoma que sea consecuencia directa de problemas de alimentación, a partir del 1º de abril el INDA (que depende de dicho Ministerio) solamente da asistencia a los niños que nacen en el Pereira Rosell, salvo que hayan solicitado dicha prestación antes del 31 de marzo.

El programa atendía a menores de 18 años, mujeres embarazadas o en lactancia en riesgo de desnutrición o directamente desnutridos. La denuncia fue efectuada por funcionarios del INDA en la Comisión de Salud de Diputados, y no se ha dicho nada más sobre el asunto, ni por parte del MIDES, ni por parte de ASSE, ni por el Ministerio de Salud, constituyendo la violación de un derecho importante, que es nada menos la alimentación de una población especialmente vulnerable. No se explica cuál es el criterio de tal discriminación, ya que los niños que están en esa situación, no importa de dónde provengan deberían, ser atendidos por igual.

Ante el despilfarro en ASSE y el festival de contrataciones directas a ONGs “compañeras” en el MIDES, la medida es absolutamente inaceptable. En ASSE, por ejemplo, tenemos los gastos exorbitantes en las diversas Unidades Ejecutoras, como el Hospital de Bella Unión, que solo en el rubro “Traslados”, pasó de gastar $ 569.000 en el 2012 a $ 1.364.300 en 2015. O el Hospital de Rivera con un déficit a 2016 de $ 50.000.000. O el Hospital de Artigas, que cuadruplicó el gasto en “otros servicios médicos” o el gasto en oxígeno, que pasó de $ 61.443.428 en 2008 a $171.437.390 en el 2015, casi dos veces y media más. Gastos en su mayoría observados por el Tribunal de Cuentas, efectuados por compra directa, lo cual es un claro a abuso a las normas de control y transparencia administrativa.

El problema no solo es de gestión, sino que también determinar cuáles son las prioridad fundamentales, ya que dejar de cubrir este tipo de prestaciones humanitarias tan importantes, afectando en forma directa la salud física y mental de niños y madres en situación de extrema vulnerabilidad, para los cuales la alimentación es un insumo fundamental para su desarrollo físico e intelectual. Es inexplicable esta discriminación, ya que el objetivo del programa es brindar cobertura universal, para toda la población vulnerable objetivo, sin depender de donde nació o en qué fecha solicitó su inclusión en el programa.

Que la regla para acceder al mismo sea por haber nacido en el Hospital Pereira Rossell o haberlo solicitado antes de determinada fecha, no responde a ningún criterio que se relacione con la población a cubrir y tenga relación con su vulnerabilidad.

El país ha dilapidado millones en proyectos de puertos, regasificadora, aviones y juicios de todo tipo como nunca, pero se da el lujo de condenar a niños y madres realmente indefensos, que necesitan ser protegidos en su integridad, lo cual ofenden y enoja.

En el 2002, en una situación de crisis gravísima, se cansaron de repetir la mentira de los niños que comían pasto y ocultaban que todos los programas no sólo mantuvieron sus presupuestos sino que fueron reforzados y quedaron por fuera del ajuste fiscal implementado. En el año 2018, luego de haber tenido varios años de crecimiento económico nos encontramos con estas noticias, que no hacen más que ratificar la falta de sensibilidad y sentido del deber con que se actúa, ya que lo que impera es la falta de objetivos y prioridades claras, donde realmente se proteja a los más débiles.

La omisión del Estado es una muestra más de la horrible gestión en materia de politicas sociales, como ocurre en la educación pública, que sin duda constituye la política social por excelencia, en base a la cual se logra el ascenso social, se accede a valores y hábitos, imprescindibles para que los ciudadanos progresen.

La falta de desarrollo y orientación en la políticas sociales, dar vuelta la cara ante el abandono que viven muchos conciudadanos (durmiendo en la calle o en forma extremadamente precaria), con el agravante que más del 50 % de los niños que nacen en Uruguay sean de los hogares más pobres. Es la muestra de la inexistencia de políticas sociales serias y la decisión del MIDES o INDA comentada no es más que otro ejemplo de esa falta de objetivos y prioridades que hacen que el país hoy no tenga ningún rumbo, incluso en aquellos temas que la izquierda dice defender.

Solo el Estado de Derecho, la transparencia, tener objetivos claros en cuanto a la utilización de los bienes públicos y la voluntad de dirigir y administrar las políticas con criterio de bien común, es la única forma de contrarrestar la falta de dirección de hoy.