Correo de los Viernes - El Frente Amplio y la distorsión del pasado...

El Frente Amplio y la distorsión del pasado...

Ante la imposibilidad de exhibir resultados positivos, el Frente Amplio apela a la distorsión del pasado como herramienta político-electoral. Al parecer, la “herencia maldita” es la causante de todos los males de un “progresismo” que nada tiene para reprocharse a sí mismo.

El final del largo calendario electoral se aproxima y el Frente Amplio sabe que sus chances de volver a hacerse con el poder se estrechan cada vez más. Su principal caballo de batalla, la economía, se desmorona ante la desesperada mirada de su equipo económico liderado por el Cr. Astori.

En filas frenteamplistas no hay nada nuevo que ofrecer, el “modelo progresista” está agotado y apelar a los “fantasmas del pasado” es siempre una opción. La difícil situación que atraviesa la economía Argentina ha servido de catalizador para agitar uno de los fantasmas preferidos del partido de gobierno: la crisis de 2002.

El mes pasado, el subsecretario de economía y principal asesor de Martinez, Pablo Ferrari, aseguró que “Argentina se parece hoy al país que nos dejaron en 2002 con un millón de pobres”. Lo mismo había hecho Mujica en el mes de julio, cuando intentó responsabilizar al candidato colorado, Ernesto Talvi, de lo sucedido en 2002.

Más recientemente, tras conocerse los datos oficiales sobre el déficit fiscal, el oficialismo volvió a cargar contra el candidato colorado debido a sus declaraciones respecto a que el país tiene la peor situación fiscal de los últimos 40 años. Talvi no miente, incluso en el peor momento, el Partido Colorado le entregó el gobierno al Frente Amplio con un déficit de apenas 1.8%, casi dos puntos porcentuales menos que Mujica a Vázquez y más de tres puntos porcentuales menos que el que existe actualmente (4.9%).

El pasado jueves, el vocero del movimiento Un solo Uruguay, aseguró que la situación actual es peor que la crisis del 2002. Ante las declaraciones de las gremiales rurales, que Vázquez solía apoyar y acompañar a sus movilizaciones cuando era el líder de la oposición, la compañera de fórmula del candidato frenteamplista, Graciela Villar, volvió a referirse a las cifras de pobreza durante la crisis. “Lamento que no se tenga en cuenta que en el 2002 el 40% de la población uruguaya estaba en la pobreza y hoy un 10%”, aseguró Villar.

A diferencia de lo que ocurre en el Frente Amplio, en filas coloradas y blancas nadie niega –ni minimiza– la difícil situación que el país tuvo que atravesar en 2002. La diferencia crucial, de la que poco se habla, es que mientras el Frente Amplio ha gestionado la economía durante el escenario internacional más favorable de la historia, el Partido Colorado lo hizo durante una crisis internacional de igual magnitud.

Con su distorsión del pasado, el Frente Amplio pretende invisibilizar su irresponsable actitud antes y durante la crisis del 2002. En primer lugar, es necesario recordar que los mismos que festejan como propios los logros del cambio de la matriz energética, las inversiones internacionales como las que realiza hoy UPM, la diversificación de los mercados y las zonas francas, entre muchas otras, fueron aquellos que durante la segunda Presidencia del Dr. Sanguinetti se opusieron ferozmente a las leyes sobre energía, forestación, inversiones extranjeras y zonas francas.

Durante la década de los 90´, el Frente Amplio intentó por todos los medios posibles boicotear las políticas gubernamentales que hoy presenta como propias. Y en los 2000, ante la peor crisis que tuvo que soportar el país, mientras Vázquez pretendía ir al default, imitando la situación Argentina, su partido difundía calumnias para sembrar el miedo en la población, como por ejemplo, la historia sobre “los niños que comían pasto”.

Por suerte, para el país y para los sucesivos gobiernos del Frente Amplio, Uruguay no fue al default y el Partido Colorado entregó un país recuperado y en pleno crecimiento.