Correo de los Viernes - Educación Primaria, ¿hacia dónde vamos?

Educación Primaria, ¿hacia dónde vamos?

Por Jorge Ciasullo

La actual consejera de Primaria en representación de los docentes y futura directora del Primaria, ha realizado manifestaciones a diversos medios de prensa, relacionadas con su propuesta de limitar la repetición a tercero y sexto año.

“Mi idea es hacer el corte en qué tiene que saber un niño de tercero, qué tiene que saber un niño de sexto. Acá estamos alineando las evaluaciones para que después los resultados, es decir los logros no son buenos, entonces algo no estamos haciendo nosotros bien. Por lo tanto, quizás cuando yo hago el discurso y digo todo niño tiene su tiempo de aprendizaje, ese discurso yo lo tengo que afirmar con que no lo puedo hacer capaz de repetir primero. Esto ya pasa en algunas escuelas, en algunas escuelas el maestro pasa de primero a segundo con sus alumnos y les da más tiempo. El discurso es que los niños aprenden cada uno a su tiempo. Pongamos un tiempo a tercero. Qué saben en tercero y qué tienen que saber. ¿Cuál es la distancia y esa distancia que tengo que poner apoyos que van a ir en primero, segundo y tercero?”. (Telemundo 13/04/2015)

Por su parte, el señor Héctor Florit, actualmente Director General de Primaria que también será integrante del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) manifestó su desacuerdo con el planteo:

“No estoy de acuerdo con la promoción automática. Tampoco con la visión vinculada al nivel estricto del logro, que si el niño no lo alcanza repite.

“Poner más énfasis en la evaluación de tercero y sexto, está bien. Pero si esto quiere decir que el niño hasta tercero no repita, yo personalmente no estoy de acuerdo. Si el niño no tiene las herramientas básicas, no es conveniente que avance” (El Observador 14/04/2015).

Nos congratulan y nos preocupan las posiciones tan disimiles anteriormente consignadas. Nos congratulan, porque surge de esas posiciones, que existe la convicción que debe revisarse el sistema que hoy se aplica. Nos preocupan, porque siendo posiciones tan opuestas, parecerían reflejar un cierto desconcierto, en quienes serán los responsables en aplicar y revisar los actuales planes de estudio, de modo que en el menor plazo posible, registren un cambio sustancial en las evaluaciones de conocimientos adquiridos al finalizar el período escolar.

Un examen realizado en diciembre de 2014 a alumnos de sexto año, que realiza cada tres años la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) no sólo confirmó los resultados de las pruebas PISA, sino que empeoraron, en cuanto al nivel básico de aprendizaje

El examen, se basó en conocimientos de matemática, ciencia y lengua. Registró, que más de la mitad (56%) de los educandos no llega en matemática y ciencia al nivel mínimo del umbral de competencia, mientras que el 46% tampoco alcanza el umbral de competencia en lengua.

Parecería que lo que debería hacerse es un abordaje integral del sistema, que conlleve a un cambio radical del mismo. Una revisión, que debería iniciarse con el destino de los fondos que se han otorgado y que se ha anunciado se aumentarán para la educación en todos sus niveles.

Si esos fondos son bien administrados, no puede admitirse que se inicie el año escolar con salones sin vidrios, instalaciones eléctricas defectuosas, salones que se llueven, falta de bancos para todos, baños sin artefactos o en mal funcionamiento y aún sin mamparas que separen por sexo, etc.

Tan o más grave aún, es que al iniciarse el año escolar el 5 de marzo pasado, 1600 niños no contaban con maestros (72 grupos, 38 en Primaria y 34 en educación inicial)

En esos casos, los niños deben concurrir igual a las escuelas, donde el director o el adscripto los “entretiene”. El hecho es, que en la mayoría de esas situaciones, se les hace permanecer por horas en los salones, para no perturbar al resto de los alumnos que están en sus aulas en actividad con sus maestros, con lo cual lo que debería ser un lugar de aprendizaje y juego se transforma en una tortura.

En los últimos tiempos, se hace hincapié en que se registra un “déficit atencional” y “mala conducta”. También, que se repiten situaciones de violencia física y verbal tanto de los niños como de sus padres sobre los maestros.

Pensamos que todos los sectores involucrados en la educación y formación de los niños, debería plantearse:

¿Qué está pasando? ¿Porqué estos resultados? ¿Qué hace que un niño se vuelva agresivo? ¿Es, como sostienen algunos psicólogos, que la forma de manifestarse un niño cuando no quiere algo es volverse violento? ¿Es el niño el que debe adaptarse al sistema y no al revés?

Ese análisis debería involucrar a los hogares en contacto permanente con los maestros, y sobretodo, unos y otros en la constante trasmisión de valores

Tal vez, si el niño se encuentre con una infraestructura amigable y no un lugar que en si sea una demostración de falta de consideración y hasta de respeto, con maestros motivados y con padres involucrados en el sistema, como ha ocurrido por ejemplo en el liceo Jubilar, sumado a ello la revisión del programa de estudios, se pueda iniciar un cambio que los prepare y motive, para continuar su preparación y enfrentar, en igualdad de condiciones, en todos los órdenes a quienes concurren a centros educativos privados o escuelas especiales. Esto es, tener como objetivo: el igualar hacia arriba.