Correo de los Viernes - Deshonestidad intelectual y medias verdades

Deshonestidad intelectual y medias verdades

Los argumentos de algunos dirigentes del Frente Amplio para oponerse al tratado de libre comercio con Chile han sido manejados, según los expertos, sin fundamentación.

Uy Check analizó en profundidad una de las afirmaciones de la senadora Constanza Moreira para oponerse al Tratado de Libre Comercio con Chile y concluyó que la legisladora utilizó “medias verdades” en su argumentación.

Moreira intentó desacreditar la importancia de los tratados y puso el ejemplo del acuerdo firmado con México en 2004, afirmando que el comercio bilateral entre ambos países resulta ser deficitario para Uruguay. “Nosotros aumentamos las exportaciones por dos y ellos aumentaron por diez lo que nos venden”, aseguró la legisladora.

Uy Check estableció que esa es una “verdad a medias”, lo que muchas veces resulta ser la peor de las mentiras. Las cifras reales indican que México es uno de los principales destinos de las exportaciones uruguayas. En 2004 le vendíamos por U$S 119 millones y en 2014 llegaron a los U$S 238 millones, duplicándose exactamente, es decir, 100% más. Luego de ese pico, tuvieron oscilaciones, bajando y subiendo. En 2017 se ubicaron en los U$S 197 millones, una cifra muy superior a la de 2004, un 70% más.

Mientras tanto, las exportaciones de México a Uruguay crecieron efectivamente en forma muy importante, de U$S 30 millones a U$S 290, pero ahora se han reducido muy considerablemente, ubicándose en el entorno de los U$S 200 millones. Quiere decir que la interpretación correcta de lo que ha pasado con la aprobación del Tratado es que ambos países han mejorado sus exportaciones.

Por su lado, el experto Ignacio Bartesaghi indicó en una columna de opinión que varios de los argumentos utilizados por los dirigentes frenteamplistas que se opusieron al Tratado son falsos. En ese sentido, Bartesaghi mencionó que no son fundamentadas las reticencias ante las concesiones del capítulo de comercio transfronterizo de servicios, porque no impedirán que el país tenga margen de maniobra en la aprobación de políticas públicas para el desarrollo de algunos sectores. Lo mismo ocurre con la negociación por listas positivas o negativas, que son modalidades internacionales que no son perversas o benignas en sí mismas, sino criterios técnicos que los países pueden aprovechar cómo les convenga. A su vez, el TLC con Chile no obliga a incorporar el Tratado de Patentes, por lo que lo asegurado por algunos dirigentes no es cierto.

Bartesaghi concluyó su análisis sosteniendo que “llama la atención el tenor del debate, que es antiguo, ideológico y descolgado de la realidad internacional, pero especialmente porque el mismo está cargado de sapos inventados por falta de honestidad intelectual”.