Desde el pie

Por Consuelo Pérez

El Partido Colorado y particularmente el Batllismo han dado forma a este País, pues lo han gobernado la mayor parte de su historia, y basado en su contacto directo con la gente y sus necesidades, ha logrado ser pionero en la región y en el mundo, en múltiples avances que apuntan a lo social.

El “Centro de Estudios Aquiles Lanza”, que funciona en el seno del Partido y que es una iniciativa de “Somos Todos” es precisamente eso, un instrumento de acercamiento a la gente, a su entorno, a su vida cotidiana.

Esta obligación de conocer, valorar y priorizar las necesidades de nuestro pueblo, sólo se consigue en contacto directo con él, en el día a día, en todos los ámbitos. No recorreremos otros caminos antes que éste, aunque no desconocemos su existencia, porque el ser humano y sus vivencias se aquilatan en el mano a mano. Al menos para nosotros. Por eso entendimos como necesario crear ese espacio, instrumento de contacto directo con la población.

Sentimos que ese acercamiento se ha ido perdiendo, si no se perdió del todo. Ciertamente la tarea de gobernar insume mucho tiempo en otros escenarios, que relegan esa actividad. Pero ya casi quince años han pasado –y casi tres décadas en el departamento de Montevideo– y no es con lamentos, excusas o mediciones de fuerza que retomaremos la senda del crecimiento de nuestra sociedad, hoy fracturada, sin esperanzas, sumida una gran parte en el opio de las supuestas soluciones fáciles, degradada cada vez más en su propio  temor, que es, entre otras cosas, la falta de autoestima.

En el Centro de Estudios Aquiles Lanza, a través de él, queremos retomar entonces el contacto directo con la vida de la gente, con sus problemáticas, no para aportar soluciones, sino para buscarlas entre todos.

En las primeras reuniones ya realizadas, donde recibimos a futuros interlocutores de sus barrios  –alcaldes y alcaldesas– el hecho de tener siempre la sala llena, y el interés manifiesto de los que se acercaron, nos dan la confianza de intuir que en las etapas que vienen, las del trabajo “in situ”, se nos arrimarán los postergados de los últimos años, los que no ven en la actual estructura social una salida de crecimiento digno, los que quieren una sociedad mejor.

Sabemos de meternos en el pozo que queremos tapar, de ensuciarnos los zapatos, del almacén de barrio y de juntarnos en el boliche para evaluar como seguimos, con todo el que quiera estar, sin preguntarle nada, sólo si tiene ganas de trabajar por su ciudad. Ardua tarea, que empezaremos a transitar con todos los que se nos están acercando. Y cuidado, la confianza hace milagros y multiplica las voluntades en forma geométrica. El retroceso social, laboral y de valores es grande, y mayor debe ser el esfuerzo para cambiar el rumbo.

Somos conscientes de lo arduo de la tarea, pues en una ciudad castigada en casi todos sus aspectos después de casi tres décadas de gobiernos departamentales omisos e ineficientes, el asistencialismo actúa como elemento que brinda a mucha gente una falsa seguridad que la tiene cautiva. Seguridad efímera y degradante, además, de la propia condición humana, sumida en el letargo de la inacción productiva, con personas sin trabajo y sin anhelos.

El último intendente de Montevideo electo de nuestro Partido, Aquiles Lanza, a quien recordamos con el nombre de nuestro Centro de Estudios, entre sus muchos logros, creó a partir de 1985 y hasta 1989 el Plan Habitacional para Asentamientos Precarios, para erradicar la vivienda insalubre. La misma que cada día, y en forma sostenida aumenta hoy en número, manifestándose en asentamientos que pululan por todo el Departamento, vergonzante manifestación del olvido y la demagogia.

En su Plan, la Intendencia de Montevideo, junto al Banco Hipotecario y a los propios vecinos - pues el plan era de ayuda mutua - con trabajo de los mismos consiguió ejecutar viviendas para miles, que además perduran en el tiempo, sin vandalismo. No se rompe lo que costó esfuerzo construir. Exactamente al revés que hoy, con los magros planes de viviendas que se regalan, y a los pocos días están devastadas.

“No dar pescado, dar la caña para pescar” era la consigna.

Acción tan simple y elemental como ignorada y olvidada hoy intencionalmente, o al menos no tenida en cuenta como aporte a la dignidad humana.

Nos espera un largo camino hasta la elección interna, y luego hasta octubre de 2019, en el que siempre estaremos trabajando junto a quien el Partido nos lo indique, junto a todos los colorados que queremos volver a vivir en un gran país.

No tenemos ni prometemos pescado, pero si muchas cañas para todos los que se nos vayan acercando, y así juntos seguir sumando, porque realmente somos los batllistas, los que –como dice la canción– en nuestro compromiso innegociable, “crecemos desde el pie”.



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