Luego de un plañidero discurso, el Presidente Vázquez expresó que "no seremos una oposición para derrocar al gobierno sino para contribuir".

En una de sus ya clásicas exposiciones vía Zoom, el ex Presidente se dirigió a un grupo de ciudadanos de Paysandú, según un resumen realizado por el portal de Radio Universal . Su discurso, como venimos de señalar, fue plañidero, lloricoso.

El Dr. Vázquez se quejó de que el actual oficialismo atacara al gobierno cuando era oposición "por cualquier circunstancia y ante cualquier situación", agregando que "algunos medios de comunicación sirvieron de palanca para llevar y difundir esa campana". O sea, la clásica lamentación "conspiranoica" frenteamplista de la coordinación de políticos y medios "de derecha" dirigida a tergiversar la imagen del Frente Amplio, cuando no a invisibilizarla directamente.

Ese estado de situación, según Vázquez, habría empeorado desde el 1° de marzo, con lo cual "si se conoce una campana sola, lamentablemente estamos ante una democracia recortada y si además se manipula la información de la otra campana estamos ante una democracia recortada y manipulada".

Vázquez remató su quejumbroso discurso de la peor forma posible: "El Frente Amplio tiene el derecho y la obligación de llevar adelante su posicionamiento como oposición a este gobierno. No vamos a ser una oposición para derrocar el gobierno, sino para contribuir a que el país marche mejor".

Tal vez la primera contribución que el Dr. Tabaré Vázquez podría hacer, no al gobierno sino al país, sería la de no usar semejante palabra como uno de los posibles fines de una oposición política en un régimen democrático.

Y la segunda contribución, emparentada con la primera, sería la de respetar la calidad democrática del país -universalmente reconocida-, absteniéndose de señalar afectaciones de derechos inexistentes: la democracia uruguaya ni es recortada, ni es manipulada.

El Dr. Vázquez ha demostrado a lo largo de toda su trayectoria política su enorme dificultad para digerir las diferencias y los embates de sus ocasionales adversarios, aun de los ciudadanos comunes, sin militancia política.

Desde el 1° de marzo, en sus "encuentros virtuales" no ha dejado de cancherear y ahondar las diferencias de la peor manera, pese al respeto y la deferencia que -como corresponde- el gobierno le ha dispensado.

Haría bien el Dr. Vázquez en abstenerse de socavar la convivencia ciudadana, descalificando la calidad de la democracia y empleando términos más que desafortunados. Esa sería, seguramente, su principal contribución.