Del acuerdo político al texto jurídico comercial entre el Mercosur y la UE

Por Alvaro Valverde Urrutia

El Mercosur y la Unión Europea alcanzaron un acuerdo político que representa el principio del fin de la negociación. Ahora deben avanzar en el texto jurídico definitivo del acuerdo comercial para lo cual faltan cumplir varias etapas para su entrada en vigor.

El siguiente paso es que el texto del acuerdo alcanzado en Bruselas sea sujeto a una revisión jurídica de lo acordado para arribar a la versión definitiva del Acuerdo de Asociación y todos los aspectos comerciales, para luego firmarlo de forma oficial por ambas partes. Después, enviarlo a los respectivos parlamentos para su ratificación.

Es decir, luego de la negociación de la letra chica a celebrarse en los meses venideros restaría, en principio, las ratificaciones del Parlamento Europeo, de los países europeos y del Mercosur para entrar en vigor. No obstante, el capítulo comercial puede entrar en vigor de manera provisional con la ratificación del Parlamento Europeo, sin necesidad de contar con la ratificación de todas las partes.

Sin embargo, el acuerdo por las oposiciones de descontento y reticencias en el rubro agropecuario en Francia, Bélgica, Polonia e Irlanda que cuestionan el mismo por encontrarse en desventaja ante el sector agrícola del Mercosur, se podría encaminar hacia una ratificación incierta. Por consiguiente, el Parlamento Europeo y en los estados partes de la UE; así como los países miembros del Mercosur tendrán que debatirlo para aprobar el texto.  

En el Mercosur, el presidente Bolsonaro además de no estar pasando por un buen momento, no cuenta con mayoría en el congreso brasileño. En Argentina, el presidente Macri tiene dificultades para aprobar el acuerdo, ya que la oposición ha anunciado que no lo ratificará en su estado actual. Tampoco, Macri no sería favorito para las elecciones presidenciales que se celebrarán en octubre.

Además, de lo estrictamente comercial, el texto arribado establece el compromiso del Mercosur, en especial, de Brasil, sobre el Acuerdo de París relativo al Cambio Climático.

Para la UE este tema era una condición indispensable previa para arribar al texto y se tomó como un logro su inclusión, ya que los europeos manejan la preocupación que Brasil pudiera abandonar los acuerdos de París contra las implicaciones e impactos climáticos. Altas fuentes europeas han manifestado que varios países de la UE no ratificarían el acuerdo final en caso que Bolsonaro abandonara los compromisos sobre emergencias climáticas. 

El Mercosur en una difícil y ardua negociación en Bruselas consiguió plazos y aperturas favorables, ya que la UE desgravará inmediatamente la mayor parte de sus aranceles; así como de forma automática y otorgara cuotas de acceso a algunos productos agrícolas sensibles para el mercado europeo. Mientras, para el Mercosur los plazos de eliminación arancelaria se ampliaran en promedio, entre 10 y 15 años.

Sin embargo, la apertura es asimétrica, ya que el Mercosur liberara el 90 por ciento de su mercado para los bienes industriales europeos; mientras la UE liberalizara el 82 por ciento para los productos agrícolas. Pero se mantienen cuotas en carne bovina, azúcar, arroz y miel, entre otros, es decir que la liberalización es acotada en algunos sectores, como la carne de res; así como un reducido grupo de productos quedan excluidos.

Asimismo, se aplicaran medidas sanitarias y fitosanitarias para cumplir con las exigencias de los  estándares de la UE, que limitan el acceso al mercado europeo que, también, cuenta con una producción agrícola altamente subsidiada por la PAC. Las medidas sanitarias, fitosanitarios y normas técnicas estaría dispuesto que no se considerará al Mercosur en su conjunto, sino miembro por miembro. En ese caso, cuando surja una dificultad en un socio no afectaría a los demás.

La UE liberara 99% de las importaciones agrícolas del Mercosur, de las cuales para el 81,7% eliminará los aranceles de importación, mientras para el 17,7% restante será por cuotas o preferencias fijas. Quedaron excluidos aproximadamente 100 productos.

El acuerdo, básicamente, apunta a los bienes primarios y en algunos sectores, como los lácteos el efecto para Uruguay será negativo, en un momento en que la lechería no pasa por un buen momento. A nivel del Mercosur en menor o mayor medida si bien existen importantes beneficios, también afectara, sin duda, buena parte de la estructura productiva de los rubros industrial y agrícola.

Muchas cámaras y gremiales en el Mercosur estarían apuntando a la negociación de la letra chica para forzar algún cambio que mejore las condiciones de lo acordado para varios sectores en el texto político antes de firmar el acuerdo jurídico comercial definitivo.

Los beneficiados con el acuerdo serán los países agroexportadores. En el Mercosur los países que obtendrían los mayores beneficios serían Uruguay y Paraguay, ya que son economías abiertas y pequeñas. Para Uruguay el acuerdo favorecerá las exportaciones de bienes y servicios; así como atraerá inversiones productivas. El Mercosur es, actualmente, el principal abastecedor de bienes agrícolas al mercado europeo, con el 20% del total.

La carne bovina y el azúcar del Mercosur tendrán un acceso restringido a la UE mediante cuotas arancelarias. Los miembros de Mercosur podrán exportar 99.000 toneladas de carne bovina a la UE con una tasa arancelaria de 7,5%. El tema a discernir y discutir será como se reparten las 99.000 ton entre los cuatro socios. También, dejara de pagar el arancel de la cuota Hilton, que representara 14 millones de dólares a partir que el acuerdo entre en vigor.

El Canciller Nin Novoa realizó una visita a Paraguay y se reunió con el presidente y el canciller, para tratar temas comunes al sector ganadero y en la industria cárnica, además de mantener contactos con autoridades del sector agropecuario paraguayo. Es de suponer que el tema de la cuota para repartir las 99.000 toneladas y adoptar posturas comunes entre Uruguay y Paraguay con relación a los demás miembros del Mercosur fuer parte de las conversaciones.

También, se eliminan aranceles para los lácteos, que se administraran a través de cuotas y tendrá efecto destacado para los quesos de la UE. Pero, este arreglo será perjudicial para Uruguay.

Uruguay contara con un 97 por ciento de su oferta exportable con acceso preferencial al mercado europeo, en particular, beneficiará el ingreso de la carne de res, el arroz y miel, con cuotas que se implementan en un plazo de cinco años. Para los bienes europeos el acceso sin aranceles tendrá un plazo de diez años.

Para el Arroz la UE le otorga a 60 mil toneladas. Este es un sector importante para Uruguay.
La apicultura es otro sector destacado de interés para Uruguay, la UE otorga con beneficio arancelario un volumen de 40.000 toneladas de miel, ya tiene un mercado de interés en Europa, en particular, el alemán. 

Los Vinos generan preocupación en el Mercosur, en particular, para Argentina por la alta competitividad de los vinos europeos que contarían con 0 arancel. Mientras, a Uruguay lo afectaría en menor medida, si bien ha tenido un desarrollo importante, en el último tiempo las bodegas no están pasando por su mejor momento. El acuerdo no incluye el vino a granel.
Para el sector vitivinícola argentino habría dos posturas. Una favorable al acuerdo y, otra que advierte que se vería expuesto a la competencia en el mercado brasileño que para muchas bodegas es su principal mercado de exportación.

Los Lácteos es un tema complicado para el Mercosur, en especial para Uruguay, ya que la UE es muy competitiva la UE con fuertes subsidios a su producción lechera y afectaría la venta de quesos al mercado brasileño por la competencia de la UE.

Se acordaron cuotas recíprocas de leche en polvo (10.000 ton), pero entregaron buena parte del mercado de quesos (30.000) a los europeos que estarán implementadas en un período de 10 años desde la entrada en vigencia del acuerdo; así como fórmula infantil (5.000) también a 10 años. Si bien el acuerdo, también, dispone que el Mercosur puede acceder al mercado europeo, es de suponer que será complicado colocarlos para el sector lechero uruguayo.

La letra chica del acuerdo se refiere, básicamente, sobre algunos de los aspectos centrales del acuerdo que comprende la participación de empresas europeas en licitaciones públicas. Esto traerá repercusiones para la competencia que supondrá para las empresas nacionales.

Asimismo, para las compras estatales se dispone la apertura del mercado de contratos públicos en los socios del Mercosur para empresas europeas y el acceso a proveedores de servicios, básicamente, en las áreas de la tecnología de la información, las telecomunicaciones y el transporte. Cabe destacar que en Obra Pública, las licitaciones nacionales de compras de servicios y bienes por más de 1,2 millones de dólares no regirán las ventajas de las empresas nacionales.

También, tendrán subsidios (los subsidios agrícolas europeos se mantienen), pero se eliminan las subvenciones a exportaciones hacia el Mercosur. Además, de contar con cuotas, cláusula de salvaguardia para la protección de la agricultura europea, gestión de empresas de control estatal, normas medioambientales, intercambio de bienes comerciales, barreras sanitarias y fitosanitarias y propiedad intelectual. Además, el texto contempla compromisos específicos en derechos laborales. Los subsidios serán debatidos en el ámbito de la OMC.

Por último el acuerdo Mercosur-Unión Europea es un muy buen modelo de multilateralismo y se contrapone con de respuesta ante la guerra de aranceles entre China y Estados Unidos, la firma de este tratado contrasta con el embate proteccionista que se provoca desde la posición del presidente Trump.