Correo de los Viernes - ¿Cuba retorna a la homofobia oficial?

¿Cuba retorna a la homofobia oficial?

Por Matias Marino

La represión de una marcha “no autorizada” de las minorías sexuales en La Habana, amerita la pregunta.

La colectividad llamada “LGTB” —que ciertamente no agrupa a todas las personas con una sexualidad distinta a la predominante— se caracteriza por ser una comunidad heterogénea, cuyo análisis es por lo menos complejo. Entre esas complejidades se encuentra el hecho de que la misma se haya inclinado (aparentemente) por los sectores autopercibidos como “de izquierda”, identificando a sectores liberales, o más bien considerados “de derecha” como el símbolo del machismo y lo que denominan patriarcado.

Esta aseveración en cambio, repetida hasta el extremo como una premisa universal es absolutamente falsa, y opera no como una mera “fake new”, sino como una superestructura alimentada día a día, minuto a minuto, por pequeños colectivos políticos.

Para desmontar esta construcción artificial de la realidad, sería muy fácil remontarme a las épocas de la Unión Soviética, donde según el propio Stalin se concebía a la homosexualidad como un trastorno burgués (punible con cinco años de cárcel), o a la Corea de Kim Jong Un. Si uno recurre a estos ejemplos podría ser acusado de avivar “cucos”, o que me refiero a los lugares donde se implementa mal el socialismo etc etc

Me referiré a la cúspide de la civilización socialista, al faro que guió a toda Latinoamérica en su construcción de “igualdad”; la benemérita República de Cuba.

Un país que desde su fundación revolucionaria con Fidel y el Che Guevara, había dejado claro que en la revolución no había lugar para lo que ellos llamaban “desviacionismos burgueses”. Como señalara Fidel Castro en 1965: “No podemos llegar a creer que un homosexual pudiera reunir las condiciones y los requisitos de conducta que nos permitirían considerarlo un verdadero revolucionario, un verdadero militante comunista. Una desviación de esta naturaleza está en contradicción con el concepto que tenemos sobre lo que debe ser un militante comunista”. La misma época en que a los homosexuales se los confinaba a campos de concentración (retratados en la película de 1984 “Conducta impropia”).

A partir de 2010, bajo la tutela de Mariela Castro (hija de Raúl Castro) desde el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), parecía que la situación hacia el mencionado colectivo estaba regularizando. Tanto es así que el propio Raúl Castro llegó a reconocer esta persecución como una gran injusticia. Aunque debemos entender, el totalitarismo es ante todos eso, un régimen totalitario

Pero este año, con el retorno a la escasez y racionamiento de los tiempos del “período especial” que siguió a la desaparición de la Unión Soviética, todo cambió. Y a través de un comunicado del Ministerio de Salud Pública, del que depende la CENESEX, se anunció la suspensión del desfile anual de las minorías sexuales en La Habana y Camagüey, llamado “Conga contra la homofobia y transfobia”.

Un grupo de militantes del “colectivo” LGTB cubano decidió hacer la “conga” igual en La Habana el pasado domingo y fueron reprimidos por la Policía a poco de andar, resultado en varios detenidos.

En tiempos en que el país se está convulsionando económicamente, parece necesario volver a estigmatizar a una minoría para que la sociedad canalice todas sus frustraciones en ella. Esto no es nuevo, les paso a los armenios en el Imperio Otomano, a los judíos por toda Europa, a los negros en EEUU, etc. Porque toda fobia contra un colectivo no es más que una construcción de chivo expiatorio.