Correo de los Viernes - Correo Uruguayo: otro fracaso

Correo Uruguayo: otro fracaso

Por Jorge Bentos

La publicidad engañosa del gobierno, donde se hace hincapié en que el Correo Uruguayo llega hasta donde esté usted, es otra mentira.

Lo que no se dice en verdad es cuánto tiempo demorará en entregar las encomiendas, por lo que ud puede esperar varios meses en recibirla. Y no hablamos de entregarla en una lejana localidad de la capital o del interior profundo uruguayo, sino que hablo del propio Montevideo. Puedo dar fe que es así.

Pongamos un simple ejemplo de mala gestión: si usted ha comprado o le han hecho un regalo desde el exterior, le quedan solo dos caminos para recibir su encomienda; uno es por vía de la terminal de cargas del aeropuerto internacional; la otra es solicitar a quien envía que opte por el Correo Uruguayo.

Si usted elige una empresa de renombre mundial en lo que refiere a encomiendas, ni sueñe que lo despertará un camión o camioneta, como solemos ver en televisión o en el cine: el preciado envío no le será entregado. Recibirá solamente un documento donde se le indicará qué hacer dentro de un período acotado. En consecuencia, deberá concurrir personalmente o a través de un despachante de aduana a la terminal de cargas que está situada dentro del área aeroportuaria. Deberá usted trasladarse al Departamento de Canelones, viva donde fuere en nuestro país. Allí deberá efectuar los onerosos pagos que se le imputarán, dando vueltas y paseando de una ventanilla la otra, para luego volver a pagar más gastos. Todo ello para acceder a lo ya era de su exclusiva propiedad. Si desea evitar evitar realizar los trámites usted mismo, deberá contratar a un despachante quien se encargará de todo ello.

Ahora bien, si usted opta por el Correo Uruguayo se expone a que una encomienda —a vía de ejemplo real y comprobable— enviada desde Europa a mediados de mayo, a la fecha de esta publicación ni la haya recibido y no tenga la más mínima idea de cuándo será entregada. Por supuesto, que ni pensemos en “zonas rojas”, donde —como nos hemos enterado días atrás— los carteros no distribuyen más correspondencia.

Por cierto que si concurre a la oficina de zona del Correo, le informan que su encomienda está en el centro de distribución, donde cada tres días se supone que escanean los bultos a entregar para que los mismos “no se pierdan”. Si usted consulta en cuánto estiman la demora, no le sabrán decir, pero que en algún momento será gratamente sorprendido con su encomienda, salvo que el cartero no encuentre su domicilio o no esté usted presente, en cuyo caso le será informado que dispone de una serie de días para levantar su propiedad.

Eso sí, en el centro de distribución del Correo no se atiende público.

Todo lo anterior parece un guión de una novela kafkiana. Pero lamentablemente es la pura realidad. En suma, el Correo Uruguayo es otro fracaso frenteamplista.