Correo de los Viernes - Chau voto secreto

Chau voto secreto

Por Santiago Torres

En una insólita decisión, la Corte Electoral decidió validar las hojas de votación que estén acompañadas de papeletas apócrifas por el NO a la baja de la imputabilidad. Con ello, el máximo tribunal electoral del país ha abierto la puerta a la “marcación” del voto, pulverizando la garantía del secreto del voto.

El martes pasado la Corte Electoral, por unanimidad, decidió validar las hojas de votación que aparezcan acompañadas de papeletas apócrifas (porque no existen) por el No a la reforma constitucional que baja la edad de imputabilidad penal para determinados delitos.

En declaraciones a radio “El Espectador” el Vicepresidente del tribunal, Wilfredo Penco, señaló que se tomó esa decisión “intentando proteger al electorado y desterrando el engaño detrás de las papeletas falsas”.

Horas después, la misma Corte Electoral rechazó hacer lo propio con hojas de votación que aparezcan acompañadas de papeletas apócrifas pero por el Sí a la baja.

Haciendo abstracción de la contradicción en que incurre la Corte al validar una situación y no la otra, cuando es ostensible que se trata de escenarios análogos, me cuesta entender que los señores Ministros no hayan advertido que lanzaron un cañonazo a la línea de flotación de la máxima garantía del sufragio: su carácter secreto.

La cuestión es sencilla. El domingo se puede “marcar” el voto colocando una hoja apócrifa del No en el sobre de votación. Por ejemplo: mi vecino del piso de abajo me prometió votar a la lista 15, pero como yo no estoy muy seguro de su palabra le voy a entregar una hoja trucha del No para que la coloque en el sobre junto a la hoja de la 15 y, como delegado partidario, voy a registrarme en su circuito electoral para estar presente en el escrutinio. Si aparece una hoja de la 15 con la papeleta trucha, lo voy a invitar a cenar a casa. Si no aparece, que se prepare.

Me dirán que si la Corte no tomaba esa decisión, estaba habilitando la realización de una maniobra contra el voto de quienes no apoyan la baja y sean confundidos por las papeletas apócrifas. No es así: en primer lugar, la Corte Electoral debió pedir la cadena de radio y televisión y poner avisos en los medios aclarando los tantos; en segundo lugar, si aparecen esas hojas de votación con papeletas falsas del No, la Corte puede disponer una investigación y, si advierte que se trató de una maniobra para invalidar votos, puede proceder con posterioridad al escrutinio primario a validar los votos originalmente anulados. No había ninguna necesidad de exponer el voto del ciudadano a una maniobra de marcación. ¿Y si ahora aparecen miles de papeletas apócrifas del Sí qué van a hacer?

¿Cómo es posible que los señores Ministros no adviertan que han abierto la puerta a la manipulación del voto? ¡Y lo votaron por unanimidad! Que hayan habilitado a Fernando Lorenzo como candidato, pese a ser una barbaridad, vaya y pase. Me hago el otario y paso la flagrante violación a la Constitución por alto. Pero que arrojen a la basura una tradición de 98 años que constituye la mayor garantía electoral, no puedo —no debo— pasarla por alto. Sé que mi grito no se va a escuchar, pero debo dejar constancia.