Correo de los Viernes - Castillo y la doble moral del Partido Comunista

Castillo y la doble moral del Partido Comunista

El periodista Gabriel Pereyra dejó en evidencia la hipocresía política del Secretario General del PCU.

La tardía adhesión del gobierno uruguayo al pedido de elecciones libres en Venezuela, generó malestar en los sectores radicales del Frente Amplio que pretendían, mediante el mantenimiento de una supuesta “neutralidad”, darle oxígeno a la dictadura encabezada por Nicolás Maduro. El PCU fue uno de los que expresó su descontento argumentando que el documento del Grupo Internacional de Contacto, firmado por Uruguay, “excluye toda referencia al respecto de la autodeterminación y de la no intervención”.

Recientemente, en una entrevista realizada para el noticiero matutino de Radio Sarandí, el periodista Gabriel Pereyra desenmascaró la doble moral del Partido Comunista en voz de su Secretario General, Juan Castillo. “Viniendo del Partido Comunista”, comenzó indicando Pereyra, “el tema de la injerencia internacional me sorprende por dos razones. Una histórica, que es que el Partido Comunista apoyó todas las intervenciones internacionales que hacía la Unión Soviética [...] Le parecía bien que se interviniese para poner orden cuando el socialismo se desviaba. Pero más acá en el tiempo, cuando nos tocó sufrir a nosotros la dictadura militar, todo apoyo internacional que reclamaba elecciones libres para Uruguay era bienvenido. Entonces, cuando desde afuera se nos tiraba una piola a nosotros que estábamos sufriendo una dictadura nos perecía bien, pero ahora parece mal tirarle una piola a los venezolanos”.

Ante las lapidarias afirmaciones de Pereyra, Castillo buscó evadirse. Primero, acudió a razones de tiempo, “la pregunta que tú haces sabes que no se responde en dos o tres minutos”. Sorpresivamente, paso seguido, se desligó de toda responsabilidad histórica, “a mí me podes pasar muy pocas facturas sobre lo que pasó hace ciento cincuenta, cien, setenta o cuarenta años atrás”. Finalmente, se victimizó adjudicando intencionalidad a las afirmaciones del periodista: “Aun si yo te diera la razón en toda tu primera valoración antojadiza del papel de los comunistas, que somos la peor cosa y lacra que existe en el mundo [...] ¿cuál es la alternativa? ¿Permitir que EE.UU invada a Venezuela?”.

A continuación, el propio Castillo dejó al descubierto su doble moral. Al hacer alusión al caso uruguayo, increpó a Pereyra por no decir que la “dictadura uruguaya fue fascista”. Lógicamente, Pereyra preguntó: “¿Qué importa si es fascista o comunista el golpe?”. Al verse acorralado, acusó a Pereyra de falta de empatía: “Seguramente vos no tengas ningún desaparecido…”. Nuevamente, el periodista intentó explicarle al dirigente comunista su contradicción: “No importa si la dictadura es de izquierda o de derecha”, “las dictaduras son dictaduras” y las comunistas “también tienen desaparecidos”.

Antes de dar por finalizada la entrevista, Castillo acusó a Pereyra de “reavivar fantasmas” y de apoyar a la “dictadura uruguaya y el fascismo”. En su defensa, argumentó que su papel es “seguir tratando de evitar que haya nuevos golpes de Estado y nuevas intervenciones de los gobiernos de los EE.UU”.

En definitiva, la banalización de los crímenes cometidos por el “socialismo bolivariano” —y cualquier otro que se presente por allí— es una patología común a todo el espectro de la izquierda uruguaya; sin embargo, se manifiesta con mayor claridad en el PCU. Una doble moral que exige autodeterminación y no intervención siempre y cuando el pueblo esté sometido a un “proyecto socialista revolucionario”.