Por Francisco Berchesi
Queda algo más de una semana para el día decisivo. Han pasado meses, años, de gran actividad e intensidad del sistema político. La mencionada bifurcación se nos presentará en el cuarto secreto, cuando nos encontremos con mucho más que dos papeletas.
Hemos tenido varias oportunidades de escuchar ambos proyectos de país, ya sea presenciando algún acto, viendo el debate o dialogando con alguno de sus militantes. La elección es clara: continuismo o cambio. Teniendo claro esto, junto con conocimiento de sus propuestas, nos debería bastar para decidir nuestro voto.
Lamentablemente hay quienes no lo comprenden y colocan por encima del futuro del país ciertos sesgos histórico-partidarios o simplemente personales. A ellos les aclaro y repito, no se elige un partido, se eligen personas, como hace ya varios meses nos recuerda el Dr. Sanguinetti.
Me permito agregarle a ese concepto de Michel Debré, que además de personas elegimos rumbos. América Latina parece estar sumida en revueltas y agresiones permanentes contra sus propias democracias y aquí convivimos diariamente con quienes fomentan este tipo de acciones. Quienes fueron agitadores sociales antaño, continúan siéndolo y actúan de este modo para perpetuarse en el poder, asustando a la población con amenazas de todo tipo.
La mencionada bifurcación se avizora pero aún no llega, por lo que tenemos tiempo de pensar. Hagámoslo con el futuro de nuestro Uruguay bien presente. Con la seguridad de todos nosotros, nuestras familias, amigos, ciudadanos todos. Con nuestros barrios, ciudades y pueblos, que están siendo azotados por el narcotráfico y la delincuencia. Con nuestro sistema político, tan denostado, desprestigiado y corrompido por el amiguismo internacional, la corrupción y malos, muy malos liderazgos.
Sumado a lo anterior, han pasado períodos de mayorías parlamentarias, los cuales permiten demostrar el accionar puro y duro de un partido político, teniendo capacidad de aprobar leyes como fuerza política. En esa demostración han quedado sin duda en el debe. Esto en gran parte debido a la dádiva de derechos que han sido estos períodos pasados, sin siquiera poder garantizar los básicos.
En lo deportivo se habla de empezar un partido haciendo bien lo básico y a medida que aquello va saliendo, aumentar la dificultad en movimientos y tácticas. En lo político creo debe aplicarse el mismo principio, ya que si un ciudadano no puede caminar tranquilo por la calle, ni dormir tranquilo en su casa enrejada y equipada con sistemas de seguridad, no debería sin embargo, continuar ampliándose espectros que no se pueden cumplir ni garantizar.
Queridos amigos, esto va bastante más profundo que Batllismo versus Herrerismo. Se trata de poder realmente garantizar derechos humanos, básicos para cada sociedad, y de marcar rumbos.
El próximo gobierno debe sin dudas, encarrilar nuestra república hacia el porvenir.
