Correo de los Viernes - ¿Batllismo en el Frente Amplio?

¿Batllismo en el Frente Amplio?

Por Matías Guillama

Es imposible pensar que el batllismo esté en el Frente Amplio por diversas razones que aquí abordaremos.

Desde la irrupción de la ideología batllista en la tradición del Partido Colorado, se ha mantenido la discusión sobre si es una evolución filosófica liberal o si implica un desvío al socialismo.

En el Frente Amplio se vive de manera intensa la definición de lucha de clases: los ricos contra los pobres, el Cerro contra Punta Carretas. Graciela Villar, candidata a la Vicepresidencia de la República por el Frente Amplio y hasta el propio Daniel Martínez se han cansado de insistir sobre esto. Batlle y Ordóñez no sostiene lo mismo; de hecho, rechazó siempre este concepto. El expresidente Julio María Sanguinetti lo ha dicho: “Los cambios no son motivados por la lucha de clases: es una dictadura del proletariado, es el totalitarismo de una nomenclatura”. La historia de nuestro país bajo la consigna del Batllismo es la antítesis, constituyendo una estable democracia con clases medias.

Batlle y Ordóñez siempre fue leal al concepto político democrático y cuando algunos de sus dirigentes se apartó de esa idea, fue relegado totalmente. Haciendo memoria, en 1973 todos los sectores del Frente Amplio estaban dispuestos a sumarse a los militares en el golpe de Estado si se cumplían los comunicados 4 y 7. Por lo mismo, pueden considerar una democracia a la dictadura de Venezuela del tirano Nicolás Maduro, o seguir “venerando” una Cuba sin libertad, dónde la ciudadanía permanece prisionera. En el seno de ésta fuerza política siguen existiendo el comunismo, tan milenario, o el MLN, que continua recordándonos su pasado de revolución.

Mientras que el Batllismo construyó la Seguridad Social regulada por el Estado incluyendo un sistema jubilatorio digno, el Frente Amplio lo único que ha hecho, durante estos 15 años, ha sido vender el rico patrimonio del trabajo por el bajo precio de la necesidad, jugando con los más débiles para mantenerlos a su merced.

José Batlle y Ordóñez jamás confundió el concepto del verdadero humanismo con el debilitamiento de aquellos que han de proteger al Estado y el orden en la sociedad civil. Por el contrario, el Frente desde sus comienzos se dedicó a defenestrar a la policía y confundir represión al delito con represión dictatorial, no entendiendo que los derechos humanos comienzan con el ciudadano que se siente seguro de poder caminar por la calle, y de poder realizar una vida normal, de la puerta de su casa para afuera.

Por último, uno de los principios más relevantes del Batllismo es la esencialidad de un Estado laico, especialmente en la educación, dónde no se practique favoritismo político o filosófico. El Frente Amplio reduce este concepto y le quita toda importancia, porque cree en el adoctrinamiento político, y a las pruebas me remito: basta con ver el video de los infantes en un ómnibus cantando el jingle del Frente Amplio, con total claridad.

Y cómo estas, existen miles de cosas que diferencian al Batllismo de la concepción ideológica del Frente Amplio. Podrá gustar o no, pero el pensamiento batllista ha sido el creador de la mejor herramienta política y social para el Uruguay. No podemos confundirnos, ni dejarnos confundir.

“Se puede ser colorado sin ser batllista. No se puede ser batllista sin ser colorado”.