Correo de los Viernes - Bandita y perrita

Bandita y perrita

Nuestro país, con la adjudicación del Gran Premio de las Artes Visuales a un trabajo menor y extravagante, ha dado un increíble aporte al universo del disparate.

Es verdad que en materia de arte contemporáneo la extravagancia es habitual. Pero no cualquier cosa logra calificar. Re-significar un objeto, desde Marcel Duchamp hasta hoy, ha dado lugar a desafíos de la imaginación como también a trivialidades difíciles de calificar.

Nuestro país acaba de hacer un aporte fantástico al territorio del disparate: se acaba de premiar a una buena chica que aprendió a bordar con las monjitas que han hecho las bandas presidenciales y, con ello, hizo una banda pequeñita, a la altura de la perra Manuela de nuestro Presidente, que se la inspiró. En su página web aparecen retratos pintados por ella con el Presidente y la perrita, ambos de banda.

En el salón nacional, la notable obra se acompañó de un video que registra el aprendizaje de bordado que nuestra artista hizo con la monjita.

Premiar esa obrita insignificante, que no supera el nivel de una manualidad de taller de costura, es realmente alarmante, cuando en la lista de los participantes había numerosos artistas estimables, con obras también de calidad. Si nos remitimos a la carga simbólica del objeto, nos encontramos con la perrita del Presidente, lo que —además de irrelevante— se arrastra por el territorio polvoriento de la adulonería más obvia.

Pensar que a esta artista se le atribuyan 14.500 dólares por este trabajo y se le dé un valor de relevancia nacional, por encima de todos sus colegas de generación (y algunos ya veteranos, con trayectoria respetable), es realmente un dislate.

Cuesta creer que un jurado en principio serio, formado por Mario Sagradini, Claudia Anselmi y la argentina Andrea Giunta, haya caído a ese nivel de ramplona novelería. La única explicación es que estemos ante otro acto de esta comedia que ha construido nuestro Presidente, con medias verdades y vulgaridades disfrazadas de lenguaje popular.