A fines de mayo, salió a la venta en Estados Unidos el libro "17 minutos: entrevista con el dictador". Su autor, Jorge Ramos, es periodista, nacido en México, residente en Estados Unidos, conductor desde hace más de 30 años del noticiero de Univisión y del programa "Al Punto". Considerado el periodista más importante de habla hispana, ha ganado dos premios Emmy, el último, precisamente, por este libro.

El 25 de febrero de 2019, Jorge Ramos obtuvo una entrevista con Nicolás Maduro. La entrevista completa, que puede verse en You Tube, se inicia con gran tensión cuando Ramos le pregunta: "¿Cómo debo llamarlo? Porque para la oposición usted no es un presidente legítimo, es un dictador". Luego le hace otras preguntas que van aumentando la manifiesta incomodidad de Maduro. En cierto momento, le muestra a Maduro una grabación hecha desde su celular, donde se ve a tres jóvenes comiendo de la basura en las calles de Caracas. La entrevista termina abruptamente cuando Ramos le presentó una lista de más de 400 presos políticos venezolanos.

Suceden una serie de hechos que parecerían tomados de una película de ficción. Ramos y su compañera de trabajo son conducidos a un "cuartito" bajo las órdenes del ministro de Comunicaciones Jorge Rodríguez, quien les comunica que no es la entrevista que habían autorizado, ordenándoles entregar todos sus equipos a lo que se niegan. Se apaga la luz, son desvestidos y se les quita todas sus pertenencias, incluidas cámaras, tarjetas de videoteléfonos y grabaciones, son detenidos. Al día siguiente, por intervención de las embajadas de Estados Unidos y México, son liberados y expulsados de Venezuela.

La versión de la entrevista se hubiera limitado a su relato, sin pruebas, encasillada en la limitación de creer o no creer, no sólo en la situación violenta en sí misma, sino, fundamentalmente, en las preguntas que realizó y las respuestas de Maduro. No obstante, ocurre luego un hecho inesperado. Ramos recibe -declara no saber de quién- la versión completa de la misma, hecha al mismo tiempo, registrada en cámaras del gobierno. La autenticidad de esa grabación, queda demostrada al final de la misma, cuando cierra con el logo: Palacio de Miraflores.

Por su libro, que salió a la venta en Miami el pasado 28 de mayo -con gran éxito-, Jorge Ramos fue entrevistado por conocidos periodistas latinoamericanos, incluido el argentino Marcelo Longobardi (Programa: Cada Mañana 1de junio 2021, radiomitre.com.ar).

Descartando lo interesante y revelador que será el libro, repasaremos algunos extractos de estas entrevistas.

Relata Jorge Ramos: "Maduro creía que yo iba a estar de su lado porque me había peleado con Donald Trump".

"Cuántas veces tienes la oportunidad de entrevistar a un dictador. La principal responsabilidad de un periodista es entrevistar a quienes tienen el poder".

"Hice la entrevista que yo quería. Maduro no se esperaba que cuestionara su legitimidad. Maduro no es un presidente legítimo, es un dictador, es responsable de cientos de muertes sino miles, tiene cientos de presos político".

"El problema de ellos es que ellos graban una entrevista paralela a la mía. Mi entrevista la destruyen. Pero la de ellos, la entrevista oficial, aparentemente se la dan a los militares para que la destruyan, pero queda grabada en la memoria de una computadora. Hay una traición en palacio y tres funcionarios me la hacen llegar después".

"Contrariamente a lo que se enseña en ciertas escuelas de periodismo, hay ciertas veces en que los periodistas no debemos ser neutrales, en casos de racismo, de discriminación, de corrupción, de mentiras públicas, de violación a los DDHH, los periodistas debemos tomar partido".

En el transcurso de la entrevista, Marcelo Longobardi le informa que, pocos días atrás, el gobierno argentino retiró su parte de la demanda ante la Corte Penal Internacional, relativa a la violación de los derechos humanos en Venezuela, bajo el argumento de que en ese país: "las violaciones a los derechos humanos se habían ido yendo".

"Sin la presión internacional y sin la presión interna la democracia venezolana nunca va a regresar. No es justo pedir democracia para los argentinos y los latinoamericanos y no pedir democracia para los venezolanos", argumentó Ramos. "El periodismo, sostiene es un servicio público, sino le estamos fallando a la democracia", agregó.

Tal vez sean demasiado extensas las transcripciones anteriores, pero las creemos necesarias, y más cuando las podemos extrapolar a nuestro país, en el sentido de preguntarse: ¿cómo es posible que algunos sectores sociales como el Pit-Cnt y operadores políticos del FA -en una complicidad entre silenciosa cuando no de abierto apoyo- no denuncien la situación venezolana -donde ha sido reiteradamente comprobado el fraude sistemático en las elecciones, torturas, detenciones ilegales y cientos de presos políticos- y lo hagan en nuestro país, basándose en falsos relatos sobre presuntas injusticias y violaciones a los derechos de libre expresión -cuando son sancionados profesores que han violado flagrantemente la laicidad en la enseñanza o han justificado ilegalmente cientos de faltas, dejando a sus alumnos sin clase-?

Frente a estas situaciones reaccionan airada e injustamente, pero frente a Venezuela no solo callan, sino que dirigentes del Pit-Cnt se trasladan a Caracas para abrazarse con el dictador.

En definitiva, les cabe aquello tal como sostiene Jorge Ramos en que hay situaciones que se debe tomar partido, no hacerlo los deslegitima.

Nota: los beneficios de Ramos por el libro van a ir a parar íntegramente al Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (Acnur) para que los destine a ayudar a los venezolanos radicados en Colombia.